martes, 28 de febrero de 2017

Con el tiempo…
…te das cuenta que los amigos verdaderos valen mucho más que cualquier cantidad de dinero… 

Con el tiempo… 
…entiendes que los verdaderos amigos son contados, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de amistades falsas… 

Con el tiempo… 
…aprendes que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida… 

Con el tiempo… 
…aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es sólo de almas grandes… 

Con el tiempo… 
…comprendes que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual… 

Con el tiempo… 
…te das cuenta que cada experiencia vivida con una persona, es irrepetible… 

Con el tiempo… 
…te das cuenta que el que humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios, pero multiplicados… 

Con el tiempo… 
…aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana, es demasiado incierto para hacer planes… 

Con el tiempo… 
…comprendes que apresurar las cosas o forzarlas para que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas… 

Con el tiempo… 
…te das cuenta que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante… 

Con el tiempo… 
…aprenderás que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo. 

Ante una tumba 
No tiene ningún sentido. 

Lamentablemente todo esto y mucho más solo se aprende o entiende con el paso del tiempo… 
Por eso hoy, deseo aprovechar MI TIEMPO para decirle a mis amigos, a mis verdaderos amigos… 
Lo mucho que los recuerdo, los extraño, los aprecio y los valoro. 

Hablo de mis amigos… 
De los que me abrieron sus brazos y su corazón desde un primer instante… 
De los que me regalaron su tiempo y su comprensión… 
De los que me “tiraron de las orejas” cuando me veían flaquear… 
De los que no tienen ni idea de lo mucho que me dieron cuando me dieron su amistad. 

Hablo de mis amigos. 
De mis buenos amigos argentinos, españoles y de cualquier nacionalidad… 
Porque en definitiva, la amistad es un fruto mágico que se cultiva en el corazón de los hombres. 

Y gracias a DIOS el corazón de los hombres no conoce de geografía… 
A todos, ¡gracias, muchas gracias! 

Hoy quería aprovechar sabiamente mi tiempo para decirlo. 

¿Porque? Por que hace muchos años un querido amigo me enseño que. 

“El hombre se hace viejo muy pronto y sabio demasiado tarde”. 
…Justamente cuando: “Ya no hay tiempo” 

Desconozco a su autor

lunes, 27 de febrero de 2017

La vida es muy breve...

Solamente tienes una vida. Haz de ella lo que puedas
Hay días oscuros y días de luz. Haz con ellos lo que puedas.

Solamente tienes una vida.
Disfrútala al máximo porque si rechazas lo que Dios te ofrece. Entonces no tendrás mas vida

Camina siempre de frente.
No retrocedas ante nada cuando tropieces toma más fuerza y si el fracaso te visita. Empieza de nuevo
Nunca permitas que la cobardía ni el desánimo estropeen tu destino

Cuando te sientas triste, débil y sólo...
Mira a tu alrededor y seguro encontrarás una palabra de amor, gente que te apoye personas que te hagan sentir importante, y que te devuelvan la vida en un instante siempre conseguirás a alguien quien te escuche quien te acompañe y te brinde una mano amiga

Vuelve a ser dueño de ti mismo.
Reconcíliate con la vida. Acepta lo que no puedes cambiar! Alégrate, Llena tu espíritu de pensamientos alegres tu corazón de misericordia, de dulzura y amor, tu boca de una sonrisa y todo volverá a ir bien!

Desconozco a su autor

domingo, 26 de febrero de 2017

La paciencia es el valor que nos hace como personas: tolerar, comprender, padecer y soportar los contratiempos y las advertencias con fortaleza y por ende sin lamentos; esto es posible porque uno aprende a actuar acorde a cada circunstancia, moderando las palabras y la conducta en esos momentos.

La paciencia es un rasgo de carácter que nos permite pasar por situaciones caóticas sin derrumbarnos, nos permite educar a nuestros hijos sin gritos y aceptar a los compañeros de trabajo sin deprimirnos, entre muchas otras cosas.

Paciencia es la cualidad de tolerar o soportar dolor o dificultades sin quejas.Por otra parte, el no detenerse a considerar las posibilidades reales de éxito, tiempo y esfuerzo que se necesitan para alcanzar un determinado fin, es el principal obstáculo del desarrollo de este valor y se denomina impaciencia. Tan es así, que uno debe moderarse para evitar cargarse de demasiados compromisos que posiblemente no los podrán cumplir.

La paciencia es un ejercicio de amor, fe y humildad que hace crecer a las personas.

La paciencia es amarga, pero sus frutos son dulces.

- Desconozco su autor -

sábado, 25 de febrero de 2017

Yo, que creí saber tanto al respecto a las relaciones amorosas, últimamente, sin querer y sin darme cuenta, en medio de un amor y otro, he observando mis experiencias, mis aciertos y sobre todo mis errores, he visto que en materia de amor, aun me falta tanto de: APRENDER, por ENTENDER, por CAMBIAR, por CORREGIR, por ACEPTAR, y por MEJORAR.

DEBO APRENDER:
  • Que enamorarme no es obsesionarme ni irme a los extremos.
  • Que no debo poner toda la motivación de mi vida en una persona.
  • Que es bueno ser como soy, siempre y cuando eso no implique irrespetar a quien este conmigo.
  • Que no es bueno sobre valorar, endiosar, ni idealizar a nadie. Porque todos somos humanos, y no debo esperar de mi pareja mas de lo que debo esperar de un ser humano.
DEBO ENTENDER: 
  • Que no se debe rogar amor y que una relación de pareja no es para vivir angustiado. 
  • Que la comodidad que me brinda la rutina es falsa, porque la vida esta en constante cambio, por eso en necesario aprender a tolerar la inseguridad natural que se maneja la vida cotidiana. 
  • Que si pretendo tener una relación de adulto, debo comportarme como tal.
DEBO ACEPTAR: 
  • Que en el amor, como cualquier otra cosa en la vida, existen los tropiezos, las caídas, los dolores y el miedo el cual hace dificultar mas las cosas. 
  • Que en algunas ocasiones es necesario pasar por un gran dolor para conocer una gran felicidad, ya que a veces el suelo del fondo es el más apto para brincar. 
  • Que el sentir algo hoy, no implica que lo sienta mañana y así como me permito disfrutar también debo permitirme llorar, ya que el dolor es parte de la vida, al igual que el placer. 
  • Que los planes pueden desaparecer en un instante, porque el futuro de mueve como el desee y no como a mi me de la gana. Si este me permite hacer algunas cosas sobre él, debo estar lamentándome por todo lo que pude hacer. 
  • Que alrededor del amor, la sociedad ha creado muchas cosas que son un fraude. Por eso debo dejar de volverle la cara a la verdad solo por seguir una falsa comodidad o por miedo al dolor. Si la vida me demuestra que aquello en lo que puse mi corazón es una mentira, debo aceptarlo; llorándome, desahogándome y renaciendo como una nueva persona que seré.
DEBO MEJORAR mi auto estima: 
  • Para que la partida de alguien quien quiero no me haga sentir despreciado 
  • Para no ser tan sensible al abandono. 
  • Para que no hiera mi ego. 
  • Para no terminar creyendo que me dejaron por feo o por tonto. 
  • Para aceptar simplemente que funciono el tiempo que tenía que funcionar. 
  • Para no arrastrarme poniéndome de alfombre a los pies de nadie.

DEBO ACEPTAR que a quien le agrado hoy, no es seguro que le agrade mañana. Y eso no tiene porque ofenderme…

  • Si acepto que a veces las personas no pueden dar más. 
  • Si acepto que quien esta conmigo tiene derecho a no estarlo. 
  • Si acepto que a quien amo tiene derecho a tomar sus propias decisiones, aunque a mi no me agraden.

DEBO RECORDAR que a veces, lo bueno se obtiene esperando y presionando se arruina. Por eso es necesario tener paciencia, esperar tranquilamente y RECORDAR. 
  • Que la impaciencia es producto de un impulso emocional que tal vez pronto pasara.
  • Que la impaciencia asfixia a quien este conmigo.
  • Que la presión se puede convertir en irrespeto.
  • Que tomar una decisión mientras estoy impaciente es peligroso, porque estoy influido por un estado emocional extremo y pierdo toda objetividad, ahí no va mi verdad, va mi impulso y podría ser algo de lo que me arrepienta.Además si no soy paciente veré como sufrimiento el tiempo que estoy en espera.
DEBO APRENDER a no ser posesivo. El que alguien se vaya no es perder a una pertenencia que a mi me gustaba mucho. Mi pareja no es mía, es prestada y “su dueño” tiene derecho a llevársela cuando desee. Y aunque “ser dueño” de alguien brinde mas seguridad que tenerlo prestado, debo entenderlo que es una ilusión, Aunque crea que es mía, no lo es, por lo tanto:
  • No puedo decidir sobre la vida de quien este conmigo. 
  • No puedo esperar a que haga solo lo que yo desee. 
  • No puedo controlarle, manipularle, adueñarme de ella ni controlar su destino. 
  • No debo reclamarle a la vida porque me quito lo que me presto.
Pero sobre todo, DEBO APRENDER QUE NUNCA DEJARE DE APRENDER, y mientras continuo aprendiendo, debo permitirme vivir y sentir. Y ahora, que me empiezo a recuperar de los dolores que sufrí gracias a que ni siquiera había aprendido que había mucho que aprender, lo único que me queda es tomar un gran suspiro y decirme a mi mismo… 

¡Bueno amigo… volvamos a empezar! 

Desconozco a su autor


viernes, 24 de febrero de 2017

En cada uno de nosotros vive el niño que siempre fuimos, entonces ¿porque será que intentamos echar ese niño que habita en nuestro corazón?

Nuestro mundo real es frío, interesado, cruel, lleno de zancadilla, nos cuesta aceptar que un amigo y conocido sea reconocido por sus meritos, somos egoístas.

Cuando somos niños, cualquier cosa nos vale, somos súper héroes en busca de alguien que te necesite, algún villano que capturar, somos princesas, príncipes, en un mundo de dragones, hadas, y amigos no nos olvidamos de nuestro amigo imaginario, pero esta enfermedad que se llama niñez se cura con el paso del tiempo y desgraciadamente cada vez dura menos.

Se cura porque todo esto se muere lo matamos nosotros mismos e intentamos hacer cosas de personas adultas, de imitarlas, nos obligan a ser personas responsables, jóvenes a los que se nos obliga a competir, olvidándonos de compartir, nos enseñan a empezar la carrera de la vida, sin poder disfrutar de nuestra niñez, con el afán de ser más que tus amigos, y a tener más que nadie y creemos que el mundo es nuestro y que nada y nadie nos importa, solo nosotros mismos.

Creemos en el amor puro, pero como estamos creciendo y evolucionando, nuestro concepto de amor también cambia nuestro mundo de ilusiones, lo hemos cambiado por un mundo práctico y competitivo y toda persona ajena a él, no la dejamos entrar a nuestra vida, nos creamos un escudo, ya crecimos....

Ya no pintamos corazones en cada rincón que encontremos y vemos todo de colores pasteles a nuestro alrededor, ya hemos pasado esa enfermedad llamada juventud, ya no queremos oír hablar de hadas, duendes, dragones, amigos imaginarios y la amistad noble, el amor limpio, de compartir y las cosas de color rosa, no existieron nunca, todo fue producto de nuestra imaginación....

Nos hemos creado nuestro mundo perfecto, lleno de espinas y cardos, y de vez en cuando encontramos rosas en nuestro andar, pero que tiempos los de atrás, éramos tan felices y entonces nos damos cuenta que el mundo que teníamos entonces, no era tan malo e incluso, si nos dieran un día volveríamos para poder volver a ser hadas y duendes en un mundo donde el amigo imaginario tomaba el poder, donde la imaginación tenía un poder que en nuestro mundo no le dejamos espacio.

Volvemos a ser otra vez niños, por eso cuando ya somos ancianos dicen que volvemos a nuestra niñez, solo con un último esfuerzo de poder disfrutar lo que en su tiempo, las personas “Mayores” no nos dejaron.

Pilar Remartínez

jueves, 23 de febrero de 2017

El tema del día era “el resentimiento” y el maestro nos había pedido que lleváramos papas y una bolsa de plástico.

Ya en clase elegimos una patata por cada persona que guardábamos resentimiento. Escribimos su nombre en ella y la pusimos dentro de la bolsa. Algunas bolsas eran realmente pesadas. El ejercicio consistía en que durante una semana lleváramos con nosotros a todos lados esa bolsa de patatas. Naturalmente la condición de las patatas se iba deteriorando con el tiempo. 

El fastidio de acarrear esa bolsa en todo momento me mostró claramente el peso espiritual que cargaba a diario y cómo, mientras ponía mi atención en ella para no olvidarla en ningún lado desatendía cosas que eran más importantes para mi. Todos tenemos patatas pudriéndose en nuestra “mochila” sentimental. 

Este ejercicio fue una gran metáfora del precio que pagaba a diario por mantener el resentimiento por algo que ya había pasado y no podía cambiarse. Me di cuenta que cuando hacía importantes los temas incompletos o las promesas no cumplidas me llenaba de resentimiento, aumentaba mi stress, no dormía bien y mi atención se dispersaba. 

Perdonar y dejarlas ir me llenó de paz y calma, alimentando mi espíritu. 

La falta de perdón es como un veneno que tomamos a diario a gotas pero que finalmente nos termina envenenando. Muchas veces pensamos que el perdón es un regalo para el otro sin darnos cuenta que los únicos beneficiados somos nosotros mismos. El perdón es una expresión de amor. 

El perdón nos libera de ataduras que nos amargan el alma y enferman el cuerpo. No significa que estés de acuerdo con lo que pasó, ni que lo apruebes. Perdonar no significa dejar de darle importancia a lo que sucedió, ni darle la razón a alguien que te lastimó. Simplemente significa dejar de lado aquellos pensamientos negativos que nos causaron dolor o enojo. 

El perdón se basa en la aceptación de lo que pasó. 

La falta de perdón te ata a las personas desde el resentimiento. Te tiene encadenado. La falta de perdón es el veneno más destructivo para el espíritu ya que neutraliza los recursos emocionales que tienes. El perdón es una declaración que puedes y debes renovar a diario. 

Muchas veces la persona más importante a la que tienes que perdonar es a ti mismo por todas las cosas que no fueron de la manera que pensabas. “La declaración del Perdón es la clave para liberarte”. ¿Con qué personas estás resentido? ¿A quiénes no puedes perdonar? ¿Tu eres infalible y por eso no puedes perdonar los errores ajenos? 

“Perdona para que puedas ser perdonado” 
“Recuerda que con la vara que mides, serás medido…” 

Desconozco a su autor


miércoles, 22 de febrero de 2017

Debemos estar completamente atentos al presente para disfrutar de una taza de te.
Solo siendo conscientes del presente nuestras manos sentirán el calor de la taza. 
Solo en el presente aspiraremos el aroma del te,saborearemos su dulzura, y llegaremos a apreciar su exquisitez. Si estamos obsesionados por el pasado o preocupados por el futuro,dejaremos escapar la oportunidad de disfrutar de una buena taza de te. 

Cuando miremos el interior de la taza, su contenido ya habrá desaparecido. Con la vida ocurre lo mismo. Si no vivimos plenamente el presente, en un abrir y cerrar de ojos la vida se nos habrá escapado. 

Habremos perdido sus sensaciones, su aroma, su exquisitez y su belleza, y sentiremos que ha transcurrido a toda velocidad.

El pasado ya ha pasado. Aprendamos de él y dejémoslo atrás. 

Debemos estar completamente atentos al presente para disfrutar de una taza de te. 

Solo siendo conscientes del presente nuestras manos sentirán el calor de la taza. 
Solo en el presente aspiraremos el aroma del te, saborearemos su dulzura,y llegaremos a apreciar su exquisitez. Si estamos obsesionados por el pasado o preocupados por el futuro, dejaremos escapar la oportunidad de disfrutar de una buena taza de te. 

Cuando miremos el interior de la taza, su contenido ya habrá desaparecido. Con la vida ocurre lo mismo. Si no vivimos plenamente el presente, en un abrir y cerrar de ojos la vida se nos habrá escapado. 

Habremos perdido sus sensaciones, su aroma, su exquisitez y su belleza, y sentiremos que ha transcurrido a toda velocidad. El pasado ya ha pasado. Aprendamos de el y dejémoslo atrás. El futuro ni tan siquiera ha llegado. Hagamos planes para el futuro, 
pero no perdamos tiempo preocupándonos por el. Preocuparse no sirve de nada.

Cuando dejemos de preocuparnos por lo que todavía no ha pasado,estaremos en el presente. Solo entonces empezamos a experimentar la alegría de vivir. La alegría de vivir se demuestra cuando regalamos una sonrisa, un abrazo, o un saludo cordial a alguien todos los días. Nunca olvidemos que hacer el bien a otros nos hace mucho bien.

Desconozco a su autor

martes, 21 de febrero de 2017

Hay más felicidad en dar que en recibir, y esto es absolutamente cierto.

La felicidad no está como un ente fuera de nosotros y se hace patente, sensible, cuando damos, cuando compartimos, cuando amamos.

Por eso si quieres ser feliz, aprende primero a dar y a amar y aprende de las cosas simples y sencillas que quizá puedan servirte.

No esperes oportunidad, créala. No busques amor, dalo tú. No pidas amistad, mejor concédela.

No desperdicies el sufrimiento y los errores, aprende de cada uno de ellos. No tengas prejuicios, ten disponibilidad.

Desprecia siempre lo vulgar, lo corriente, porque vales mucho más que las cosas que te da la vida.

Define cuál es tu verdad y defiéndela con orgullo, porque es absolutamente tuya.

Vive pensando en las cosas que la vida te otorga, no en las que no te ha dado, porque ni siquiera has buscado las oportunidades necesarias.

Y recuerda que los dones más valiosos son la paz, la alegría, el silencio, un buen libro, una buena canción, un gran amor, un buen recuerdo…

Cada día, sin importar si el año comienza o está terminando ya o estás justo a la mitad, es un buen momento para recapacitar lo que estás haciendo, lo que pienses, lo que sientas y lo que quieres. Piensa que las cosas son más sencillas de lo que parecen, piensa en no ser rebuscado ni complicado. Piensa en lo que realmente vale la pena: que es lo que tienes dentro de ti mismo.

Disfruta la felicidad que ahora tienes, nadie sabe qué vendrá el día de mañana.

Desconozco a su autor


lunes, 20 de febrero de 2017

1.- Aférrate a tus sueños, y ¡¡¡no los abandones jamás!!!
2.- Muéstrale al mundo lo maravilloso que eres.
3.- Confía en las posibilidades de la vida, y no te apresures a juzgar a los demás. 
4.- Confía en la estrella que brilla en tu cielo. 
5.- Encara tus problemas uno por uno para vencerlos.
6.- Confía en toda tu fuerza interior.
7.- Muestra al mundo la luz secreta de tu alma.
8.- No huyas de aquellos que traen amor a tu vida. 
9.- Mira lo bueno en la vida y no sucumbas a las adversidades.
10.- Muéstrate tal como eres, pues tienes cualidades especiales que te han sostenido hasta ahora, y que siempre te sostendrán.
11.- No pierdas el valor.
12.- ¡Llena tu corazón de felicidad y espárcela en todo lo que hagas!

RECUERDA SONREÍR... ¡LA VIDA ES HERMOSA!!

Desconozco su autor


domingo, 19 de febrero de 2017

A pesar que muchos nos esforcemos por darte aliento, aunque estemos aquí en la red, o publicando libros de ayuda personal intentando ayudarte a que superes la tristeza que llevas, lo cierto es que la respuesta a tus inquietudes solo habita en ti. No tendrías que buscar en ninguna otra parte que no fuera dentro de ti mismo.

Lo debes haber escuchado antes, solo quien tiene consciencia de quién es y qué quiere, puede ver el camino, puede saber hacia dónde queda su felicidad. 

Presta atención a esta breve historia porque es bastante clara con respecto a lo que muchas veces hacemos.

Una mujer estaba buscando algo en el suelo junto a un farol. Pasó por allí un hombre y se paró, curioso, a observar a la mujer, que afanosamente buscaba y buscaba. Intrigado, después de un rato, el hombre preguntó:
-Buena mujer, perdona que me inmiscuya en tus asuntos, pero ¿podrías decirme que buscas?
Y la mujer repuso:
-Busco una aguja que he perdido en mi casa, pero como allí no hay luz he venido a buscarla junto a este farol.

Desconozco a su autor

sábado, 18 de febrero de 2017

Nadie camina por la vida, sin haber pisado en falso muchas veces.
Nadie llega a la otra orilla, sin haber ido haciendo puentes para pasar.
Nadie deja el alma lustrosa, sin el pulimento diario de la vida.
Nadie puede juzgar, sin conocer primero su propia debilidad.
Nadie consigue su ideal, sin haber pensado muchas veces que perseguía un imposible.
Nadie deja de llegar, cuando se tiene la certeza de un don, el crecimiento de su voluntad, la abundancia de la vida, el poder para realizarse y el impulso de si mismo.

Autor desconocido

viernes, 17 de febrero de 2017

Cuando te pido que me escuches y tú comienzas a darme consejos, no haces lo que te pedí...

Cuando te pido que me escuches y tú me dices "por que no debo sentirme así", estás pisoteando mis sentimientos...

Cuando te pido que me escuches y tú sientes que debes hacer algo para solucionar mis problemas, me has fallado, aunque te parezca extraño...

Quizás sea por eso que algunas personas buscan la oración...

Porque Dios no da consejos, ni trata de arreglar las cosas...

Solo escucha y confía en que sólo yo, trataré de arreglarlas por mi mismo...

Entonces por favor, sólo escucha y óyeme...

Y si tu quieres hablar, espera unos minutos que llegue tu turno y te prometo que yo sí te escucharé, seguro que así será... Te lo prometo.

Desconozco su autor

jueves, 16 de febrero de 2017

Se enamora del hombre inaccesible que no puede satisfacer sus necesidades emocionales.

No puede salir de una relación que le causa mucho sufrimiento.

Se esfuerza continuamente en cambiar y “mejorar” a su pareja.

Con mucha frecuencia asume las mayores responsabilidades en la relación.

Se siente la gran ayudadora y salvadora de su pareja, que muchas veces es una persona adicta.

Es inteligente, capacitada, emprendedora, con un cierto sentido de superioridad y sacrificio.

Persigue el sueño de convertir a su hombre en el príncipe azul gracias a su gran amor, quien por fin la hará feliz. No está en contacto con la realidad.

Durante su infancia desarrolló respuestas emocionales distorsionadas.

Su modelo es un amor inmaduro “romántico”, de arrebatos y sufrimiento.

No puede amar a los hombres que serían buenos para su vida, le resultan aburridos.

Vive con intensidad un cóctel de emociones (ansiedad, incertidumbre, celos, miedo, dependencia…) y a esto le llama amor.

Se siente irresistiblemente atraída por un hombre encantador, inmaduro, misterioso, inaccesible, problemático, necesitado de ayuda… a quien piensa que tiene que conquistar y cambiar.

Sufre continua e intensamente con su hombre cuyo amor “necesita para vivir”; amor del que cada vez obtiene menos migajas y por el que cada vez paga un precio más alto.

Se hace adicta a su “hombre-droga” y al dolor emocional que le produce la situación. Sabe que eso la está matando pero siente que no puede evitarlo.
Puede disfrutar de muy buen sexo en una muy mala relación.

Su impulso de entregarse sexualmente a otros, y posible promiscuidad, apunta más a la satisfacción de los demás que a ella misma.

Confunde angustia, miedo y dolor con amor y excitación sexual.

No la atraen sexualmente los hombres con quienes no lucha.

A menudo forma equipo con un hombre de menor experiencia sexual para poder sentirse en control.

Anhela la intimidad pero sólo se siente cómoda con la distancia emocional creada y mantenida por la tensión de la relación.

Cuando todavía ignora que está afectada de esta enfermedad emocional, se siente muy desgraciada. No entiende “por qué tiene tan mala suerte con las parejas”.

Vive sus relaciones con gran desconcierto al no comprender cómo es que su gran capacidad de entrega y de amor no es correspondida ni apreciada.

No se le ocurre preguntarse: ¿Esta relación es buena para mi?

No es consciente de sus propias necesidades, permanentemente ocupada en atender las de los demás.

Es una mujer hambrienta de amor y, por tanto, dispuesta a soportar lo insoportable para tratar de obtenerlo.

Vive obsesionada por conseguir que su “hombre-droga” le preste toda su atención, todo su tiempo, todo su amor.

Ha perdido su libertad emocional y consume su energía vital en una relación imposible.

Ha olvidado sus sueños, desconoce sus potencialidades y no valora sus logros.

Muchas veces está soportando malos tratos sin ser consciente de ello.

Debido a su dependencia emocional, a su adicción a la relación, puede llegar a situaciones extremas de Programa explica:

“Amar demasiado no significa amar a demasiados hombres, ni enamorarse con demasiada frecuencia, ni sentir un amor genuino demasiado profundo por otro ser. En verdad, significa obsesionarse por un hombre y llamar a esa obsesión amor”

“… el amor se convierte en amar demasiado… cuando nuestro deseo de amar, nuestra ansia de amor, nuestro amor mismo, se convierte en una adicción…”

“… las mujeres estamos programadas, tanto cultural como biológicamente, para amar, sostener, ayudar y consolar a los demás. Cuando lo que hacemos naturalmente no funciona, casi inevitablemente tendemos a hacerlo con más ahínco. Sólo podemos intentarlo con mas fuerzas. Terminamos cautivas de un ciclo adictivo…”

“… nadie se convierte en una mujer así (que ama demasiado), por casualidad. Entre otras características típicas, la mujer que ama demasiado… proviene de un hogar disfuncional que no satisfizo sus necesidades emocionales…”

“… Las mujeres que tienen esta clase de características emocionales se ven atraídas una y otra vez hacia hombres que son emocionalmente inaccesibles por una razón u otra… y a menudo se enfrentan al dilema del buen sexo en una relación infeliz.De todas las posibles parejas que encuentran, ¿cuáles son los indicios que llevan a estas mujeres hacia los hombres con quienes pueden continuar el baile que conocen tan bien desde la niñez?

¿Y cómo reaccionan (o no reaccionan) cuando se encuentran con un hombre cuya conducta es más sana y menos necesitada, inmadura o abusiva de lo que están acostumbradas, cuyo estilo de baile no concuerda tan bien con el de ellas?

Desconozco a su autor


miércoles, 15 de febrero de 2017

"El que te hayan agraviado, no es importante... a menos que insistas en recordarlo" 
Confucio 

Posiblemente es difícil encontrar en la historia de la humanidad a alguna persona que no haya experimentado sentirse herida por otra o por un suceso. Todos, en algún momento, han experimentado, en mayor o menor medida un resentimiento, que puede venir acompañado de tristeza, ira y hasta de venganza. 

Se suele decir que una persona está resentida cuando se encuentra internamente dolida y retiene para sí el agravio. Este resentimiento puede desaparecer con el tiempo o por el contrario, acentuarlo, pudiendo transformar a una persona en un ser resentido. 
La única forma de olvidar y dejar a un lado sentimientos negativos que afectan, principalmente a la persona herida, es aprendiendo a perdonar. 

Cuando se habla de perdón se le suele asociar con una virtud de carácter religioso que denota principalmente caridad al prójimo, sin embargo, el beneficio del perdón no es únicamente para los demás, sino para la persona que perdona. 

Te perdono, no te perdono... 
Hace unos meses, dos señores que habían sido infieles a sus esposas regresaron en busca de perdón y con la promesa de no incurrir nuevamente en el mismo error. 

Ante la noticia, ambas mujeres reaccionaron con tristeza, enojo y frustración. La primera optó por perdonar a su esposo. Acudieron a una terapia de pareja, analizaron qué había fallado en su relación y acordaron iniciar una nueva vida. 

La segunda señora en cambio decidió tomar venganza sobre su esposo y así poder “castigarlo” por su error. Lo recriminaba a cada momento, lo chantajeaba, lo culpaba del comportamiento de los hijos. Como es lógico la pareja acabó por acentuar sus diferencias y terminó su relación matrimonial en medio de un conflicto que finalmente perjudicó en mayor medida fue a los propios hijos. 

Aunque no es fácil perdonar a alguien que ha herido tan sensiblemente la propia autoestima, la primera señora optó por trabajar responsablemente en la reconstrucción de su relación, mientras que la segunda tomó el camino del odio y la venganza. 

Es frecuente que no se tenga el control de lo que se siente, pero siempre es posible hacerlo sobre lo que se piensa. Si una persona o evento del pasado provoca en otra un mal recuerdo, es conveniente recordar en su lugar eventos positivos. 

Controlar los pensamientos es un buen antídoto si se tiene la intención de olvidar algo. Hay que recordar el dicho popular que dice “recordar es volver a vivir”. ¿Quién que haya sufrido un daño quiere repetirlo? Esto sólo pasa si se recuerda el hecho constantemente. 

Analizar detenidamente la ofensa 
Partiendo de la base de que nadie es perfecto, es conveniente analizar si la ofensa recibida fue intencional o accidental. 
Una pequeña ofensa puede hacer sentir a algunos como una agresión, esto se debe en la mayoría de los casos a una incorrecta utilización de la imaginación que en vez de favorecer la creatividad propia y la solución de problemas, se sale de control para inventar o exagerar ofensas donde ni siquiera las hay. 

Aclarar en caso de duda 
Es importante no tomar en cuenta las habladurías o los chismes, ya que estos tienden a malinterpretar o dar un significado equivocado de lo que se dijo o aconteció. Si se tiene duda lo mejor es acudir a la persona en cuestión y aclarar el asunto. 

Comprensión 
Otra forma de aprender a perdonar es ponerse en el lugar del otro y tratar de entender las razones que lo llevaron a cometer determinada acción. 
Al descubrir que uno pudo incurrir en el mismo error si se encontrara en igualdad de circunstancias, perdona más fácilmente a la otra persona. 

El rencor 
La venganza es un sentimiento destructivo que busca obtener la reparación de un daño, pero que lejos de saciar una necesidad, contribuye a generar más resentimiento entre las partes. 
Las desavenencias pueden perdurar toda una vida y en casos extremos pasar de una generación a otra. 
Ninguna persona puede hacer olvidar a otra un agravio si ésta no lo permite. 
El perdón es una opción personal como lo es seguir amarrado a un sentimiento de venganza que lo único que genera es un desgaste físico y emocional. 

Olvido 
El escritor alemán Johann W. Goethe decía que: “Donde se pierde el interés, también se pierde la memoria”. Darle vueltas a un asunto puede plasmarlo más fijamente en la memoria y hará más difícil el tratar de olvidarlo. 
Es imposible cambiar el pasado y el futuro es siempre incierto, lo único que tenemos es el presente y es elección personal de cada uno elegir qué rumbo quiere seguir. El optar por una vida llena de resentimientos de ninguna manera conduce a la felicidad. 
Aunque parece imposible, cualquier persona tiene la facultad de perdonar, el secreto está en tener la voluntad de querer hacerlo.
El hombre que no sabe perdonar tiene atado su destino a los demás. En cambio la persona que sabe hacerlo tendrá un mejor control de sí mismo, le dará sentido a su existencia y en consecuencia contará con una vida más plena y feliz.

Maru Sweeney


martes, 14 de febrero de 2017

Conoce los valores que hacen posible forjar verdaderas y perdurables amistades.

Una de las más grandes satisfacciones que tiene el ser humano, es la seguridad de contar con grandes amigos. Con el paso del tiempo la amistad se fortalece sin darnos cuenta, la convivencia ha traído aficiones, gustos e intereses en común, compartiendo preocupaciones, alegrías, triunfos y la seguridad de contar con un apoyo incondicional.

La esencia de la amistad radica en los valores, que son el cimiento de las relaciones duraderas, porque nuestra amistad sobrepasa con mucho la superficialidad, sin quedarnos en lo anecdótico, la broma, el buen momento o pasivamente en disposición para lo que se ofrezca.

Es de gran utilidad considerar la importancia que tienen otros valores para fortalecer el valor de la amistad, entre los más importantes se encuentran:

Coherencia

De fundamental importancia es mostrar una personalidad única con todas las personas y en todos los ambientes: vocabulario, modales, actitudes, opinión, y nuestra conducta en general. Nada es más desconcertante que descubrir distintas formas de ser en una misma persona, esto afecta significativamente la comunicación, provoca desconfianza y demuestra falta de madurez.


Flexibilidad

La adaptación a los distintos ambientes facilita la convivencia, facilita la comunicación y permite acrecentar nuestro círculo de amistades. Debemos tomar en cuenta que la persona flexible es amable y servicial siempre, en todo lugar; si sólo tenemos atenciones con las personas que conocemos, no se puede hablar de flexibilidad.

Signos evidentes de flexibilidad son: ceder la palabra; rectificar la opinión, pedir disculpas; participar de las actividades y aficiones que gustan a los demás (siempre y cuando permitan la vivencia de los valores), aceptar los consejos y recomendaciones sobre nuestra persona con sencillez y serenidad.

Como detalle importante, podemos señalar que una persona puede tener varios amigos con intereses diametralmente opuestos; la flexibilidad nos permite alejar ese sentimiento de exclusividad que muchas personas equivocadamente reclaman. Cada persona por ser naturalmente diferente aporta algo distinto en la vida de los demás, en eso consiste el enriquecimiento personal y el cultivo de amistades.


Comunicación

La verdadera comunicación no es una agradable conversación que muchas veces puede ser superficial. Comunicarse significa participar de nuestro yo a nuestros amigos, con la sinceridad de las palabras, transmitiendo nuestros verdaderos puntos de vista y manera de sentir, sólo así existe un intercambio real de pensamientos que desembocan en la comprensión y el entendimiento.

La forma más simple de conservar una amistad, es manteniendo contacto frecuente con nuestros amigos sin importar la distancia, pues unos minutos bastan para hacer una llamada o escribir un correo electrónico. Preguntar por el estado de salud, el trabajo, cual fue el resultado de sus últimos planes, enviar saludos a la familia... tantas cosas que podemos decir que demuestran interés y sincera amistad.

Desgraciadamente hay personas que se llaman amigos, pero sólo aparecen cuando necesitan algo.

Generosidad

Lo importante de este valor es hacer lo posible por otorgar nuestro tiempo, recursos, conocimientos y cualidades cuando los demás lo necesiten, donde no importa si piden o no nuestra intervención. Muchas veces esperamos que nuestros amigos estén a nuestra disposición y lo demuestran con hechos; pero en ocasiones, por distracción o simple comodidad no correspondemos de la misma manera, ¿no es esto una forma de aprovechar y utilizar la amistad en beneficio personal?

La generosidad no tiene barreras, pues los amigos dan su persona desinteresadamente y sin límites: están pendientes de las preocupaciones y necesidades; acompañándose en la enfermedad o en los malos momentos; gozan de los triunfos y las alegrías, sin el sentimiento mezquino de la envidia; la generosidad se extiende a las cosas materiales, la ayuda para reparar el auto...


Lealtad

No hay riqueza más valiosa que un buen amigo seguro. Ser leal supone ser persona de palabra, que responda con fidelidad a los compromisos que la amistad lleva consigo; los amigos nobles no critican, ni murmuran, ni traicionan una confidencia personal y siempre se encuentra veracidad en sus palabras. Son verdaderos amigos quienes defienden los intereses y el buen nombre de sus amigos.

Ser leal también es hablar claro y ser franco; la lealtad también se demuestra al corregir a un amigo que se equivoca.

Agradecimiento

Un pequeño detalle de agradecimiento fortalece nuestra amistad significativamente, no pensemos en objetos, devolver el favor en la misma proporción o cualquier cosa extraña, entre los amigos basta dar las gracias sinceramente como reconocimiento a la ayuda que hemos recibido. Pero hay que decirlo.

Debemos tomar en cuenta que los pequeños detalles son espontáneos y representan verdaderas muestras de afecto, pero nunca deben aparecer como “pago” al beneficio que desinteresadamente recibimos, pues los obsequios, invitaciones y otros detalles, son elementos naturales de una amistad.


Los verdaderos amigos siempre nos ayudarán a superarnos y a vivir mejor, porque el interés está puesto en la persona, no en sus pertenencias, posición o lo divertido que pueda ser. La confianza, el consejo oportuno sobre las buenas costumbres, hábitos, diversiones o el orden de nuestros afectos, constituyen muestras claras de aprecio, compromiso y responsabilidad.

Los valores nos ayudan a encontrar nuevos amigos y mejores amistades, porque nuestra actitud es franca y abierta para todas las personas. Ser un “mejor amigo” no es un objetivo para buscar el reconocimiento o alimentar nuestra vanidad, es una forma de elevar la calidad de las relaciones humanas con nuestro ejemplo...

Desconozco a su autor

domingo, 12 de febrero de 2017

He conocido muchas personas que se preocupan por los otros, que son extremadamente generosas a la hora de dar, y que sienten un profundo placer cuando alguien les pide un consejo o apoyo. Hasta aquí todo bien: es estupendo poder hacer el bien a nuestro prójimo.

En cambio, he conocido a muy pocas personas capaces de recibir algo, aún cuando les sea dado con amor y generosidad. Parece que el acto de recibir hace que se sientan en una posición inferior, como si depender de otro fuese algo indigno. Piensan:"Si alguien nos está dando algo es porque somos incompetentes para conseguirlo con el propio esfuerzo". O si no:"La persona que me da ahora, un día me lo cobrará con intereses". O aún, lo que es peor: "Yo no merezco el bien que me quieren hacer".

¿Por qué actuamos así? Porque nos cuesta entender que este universo está constituido por dos movimientos. El primero es la expansión, rigor, disciplina, conquista; el segundo es la concentración, meditación, entrega. Basta mirar nuestro corazón (y no es por casualidad que el corazón siempre fue considerado como el símbolo de la vida), para comprender que son estas dos energías las que lo hacen latir, contraerse y expandirse al mismo ritmo. Las numerosas estrellas del cielo están emitiendo luz, pero al mismo tiempo están absorbiendo todo a su alrededor, por aquello que es conocido por los físicos como fuerza de la gravedad. Así los actos de dar y recibir, aún cuando sean aparentemente opuestos, forman parte del mismo y continuo movimiento.

No es mejor quien da con generosidad, ni es peor quien recibe con alegría. El amor es, justamente, fruto de estas dos cosas, y una pequeña historia ilustra bien lo que quiero decir:

"Un leñador, acostumbrado al arduo trabajo de derribar árboles, terminó casándose con una mujer que era exactamente su opuesto: delicada, suave, capaz de hacer lindos bordados con sus dedos gentiles. Orgulloso de su esposa, él pasaba todo su tiempo en el bosque, haciendo su trabajo para que nada faltase en su casa.

Vivieron juntos durante muchos años, tuvieron tres hijos que crecieron, estudiaron, se casaron y fueron a vivir a lugares distantes, como suele suceder la mayoría de las veces. La pareja continuaba en la misma cabaña, pero mientras el hombre se sentía cada vez más fuerte por causa de su trabajo, la mujer empezó a debilitarse. Ya no bordaba más, perdió el apetito, no hacía sus caminatas diarias, y vio desaparecer toda la alegría de su vida. Su estado de salud se agravó de tal manera que ya no se levantaba más de la cama.

El marido ya no sabía que hacer. Una noche cuando una fiebre alta hizo que el rostro de su esposa adquiriera una palidez mortal, él tomó con sus manos fuertes los delicados dedos de su esposa y comenzó a llorar:

- ¡No me dejes!-decía sollozando.
La mujer tuvo fuerzas para decir, en medio de los delirios provocados por la fiebre:

-¿Pero por qué lloras?

-¡Porque te necesito!
El brillo de los ojos de la mujer pareció retornar.

¿Y sólo ahora es que me lo dices? Yo pensé que cuando nuestros hijos crecieron y partieron, mi vida había perdido el sentido. ¡Tú siempre has sido tan independiente!.

-Yo tenía vergüenza de recibirlo -dijo el leñador.- Siempre pensé que no merecía todo lo que hacías por mí.

A partir de ese día la mujer volvió a recuperar la salud, volvió a caminar por el bosque y a hacer sus bordados. Su vida había vuelto a tener sentido porque alguien la necesitaba. Alguien era capaz de recibir la mejor cosa que podía dar: su amor.

Paulo Coelho


Todos juntos en este incierto viaje, hacia un destino común: la última estación.

Una estación desconocida para todos, una incógnita... En este hermoso viaje para algunos y desagradable para otros, nuestras vivencias aumentan día a día, nos hacen más sensibles o nos endurecen día a día. Estación tras estación, se suceden diariamente, y pasamos del amor al desamor, de la esperanza a la desesperanza, del apego al abandono, de la alegría a la tristeza... O tal vez nuestras estaciones se suceden en orden diferente, pero una tras otra forman parte de nuestras vidas.

Cada estación tiene un mensaje, una enseñanza. Nos encontramos con rostros conocidos en este tren, o con otros que nunca vimos antes pero que aparecen, por algo, en nuestras vidas.

Al iniciar el viaje nuestra maleta no nos pesa tanto, pero minuto a minuto se llena de recuerdos, de pasiones, de momentos...

Tratemos de no ser rígidos en el recorrido, tratemos de desviarnos cuando nuestro espíritu así lo quiere, tratemos de descansar cuando el cansancio ya no nos permita disfrutar ni gozar...

La meta final nos espera a todos por igual, está en nosotros disfrutar de este viaje y llevarnos en la maleta lo más lindo, lo más profundo, y todo aquello que hace que un simple paseo se convierta en un viaje inolvidable.

El viaje puede ser importante, pero el contenido de nuestra maleta es el que nos permitirá seguir de pie ante las adversidades, ante los contratiempos.

Por eso no dudemos en guardar en ella los mejores recuerdos, las más hermosas pasiones, los más grandes amores y sobre todo: los instantes en que fuimos muy, pero muy felices...

Sólo abriendo esa maleta, a medida que se acerque la última estación, podremos afirmar que valía la pena este viaje.

Graciela de Fillipis


sábado, 11 de febrero de 2017

¿Alguna vez has observado a los niños jugando? o escuchado las gotas de la lluvia al tocar el suelo?

¿Alguna vez has seguido el vuelo errado de una mariposa? o contemplado el sol en un atardecer?

Debes detenerte.

No bailes tan rápido, el tiempo es corto la música no durará...

Andas Tú... corriendo todos los días ?

Cuando preguntas a alguien cómo está?... escuchas lo que te contestan?

Cuando el día se acaba te acuestas en tu cama con las próximas cien cosas que tienes que hacer dando vueltas en tu cabeza?

Debes detenerte.

Alguna vez le has dicho a tu hijo, lo haremos mañana y en tu prisa... no ves la tristeza en su mirada?

Alguna vez has perdido contacto... dejando una buena amistad morir porque nunca tuviste tiempo para llamar y decir "Hola"?

Cuando corres muy de prisa para llegar a algún lugar, te pierdes todo lo divertido del camino en llegar.

Cuando te preocupas y te apresuras durante el día es como un regalo sin abrir... que echas a la basura...

La vida no es una carrera...

Tómalo más despacio, escucha la música... antes de que se acabe la canción.

Desconozco su autor