miércoles, 30 de noviembre de 2016

Te deseo primero que ames, y que amando, también seas amado.
Y que, de no ser así, seas breve en olvidar y que después de
olvidar, no guardes rencores.

Te deseo también que tengas amigos, y que, incluso
malos e inconsecuentes, sean valientes y fieles, y que
por lo menos haya uno en quien puedas confiar sin dudar.

Y porque la vida es así, te deseo también que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta, para que,
algunas veces, te cuestiones tus propias certezas.
Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea
justo, para que no te sientas demasiado seguro.
Te deseo además que seas útil, mas no insustituible.
Y que en los momentos malos, cuando no quede más nada,
esa utilidad sea suficiente para mantenerte en pie.

Igualmente, te deseo que seas tolerante, no con los
que se equivocan poco, porque eso es fácil, sino con
los que se equivocan mucho e irremediablemente, y que
haciendo buen uso de esa tolerancia, sirvas de ejemplo a otros.

Te deseo que siendo joven no madures demasiado
deprisa, y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer y su dolor y es
necesario dejar que influyan en nosotros.

Te deseo de paso que estés triste, no todo el año,
sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras que la risa diaria es buena,
que la risa habitual es sosa y la risa constante es malsana.

Te deseo que descubras, con urgencia máxima,
por encima y a pesar de todo, que existen, y que te rodean,
seres oprimidos, tratados con injusticia y personas infelices.

Te deseo que acaricies un gato, alimentes a un pájaro
y oigas a un jilguero erguir triunfante su canto
matinal, porque de esta manera, te sentirás bien por nada.

Deseo también que plantes una semilla, por más
minúscula que sea, y la acompañes en su crecimiento,
para que descubras de cuantas vidas está hecho un árbol.

Te deseo, además, que tengas dinero, porque es
necesario ser práctico.
Y que por lo menos una vez por año pongas algo de ese dinero frente a ti y digas:
"Esto es mío", sólo para que quede claro quien es el dueño de quien.
Te deseo también que ninguno de tus afectos muera,
pero que si muere alguno, puedas llorar sin
lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.

Te deseo por fin que, siendo hombre, tengas una buena
mujer, y que siendo mujer, tengas un buen hombre,
mañana y al día siguiente, y que cuando estén
exhaustos y sonrientes, hablen sobre amor para
recomenzar.

Si todas estas cosas llegaran a pasar, no tengo más nada que desearte.

Victor Hugo


martes, 29 de noviembre de 2016

¿Que cuántos años tengo? - ¡Qué importa eso ! 
¡Tengo la edad que quiero y siento!
La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso.
Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso o lo desconocido...
Pues tengo la experiencia de los años vividos
y la fuerza de la convicción de mis deseos. 

¡Qué importa cuántos años tengo!

¡No quiero pensar en ello!
Pues unos dicen que ya soy viejo/a,
y otros "que estoy en el apogeo".
Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, 
sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.


Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso, 

para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos,
rectificar caminos y atesorar éxitos.
Ahora no tienen por qué decir: ¡Estás muy joven, no lo lograrás!...
¡Estás muy viejo/a, ya no podrás!...
Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma,
pero con el interés de seguir creciendo.


Tengo los años en que los sueños,

se empiezan a acariciar con los dedos,
las ilusiones se convierten en esperanza.


Tengo los años en que el amor,

a veces es una loca llamarada,
ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada.
y otras... es un remanso de paz, como el atardecer en la playa.. 


¿Qué cuántos años tengo?

No necesito marcarlos con un número,
pues mis anhelos alcanzados,
mis triunfos obtenidos,
las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones truncadas...
¡Valen mucho más que eso!
¡Qué importa si cumplo cincuenta, sesenta o más!


Pues lo que importa: ¡es la edad que siento!

Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.
Para seguir sin temor por el sendero,
pues llevo conmigo la experiencia adquirida
y la fuerza de mis anhelos

¿Qué cuántos años tengo? 
¡Eso!... ¿A quién le importa?


J.Saramago



lunes, 28 de noviembre de 2016

Nos quejamos siempre por algo,
parece estar en nuestra naturaleza.
Quizá tú mismo o tú misma te sientas menos afortunado que tu vecino
y te sientas desgraciado por ello.
Pero cuando estas ideas te vengan a la mente piensa que perteneces
a esa mínima parte de la humanidad que es privilegiada.

Vives en un país desarrollado, tienes diariamente comodidades
que otras personas como tú ni siquiera sueñan,
tienes la oportunidad de recibir una educación y una formación,
tienes amigos y personas que te respetan y te quieren.
Y todo ello, sin ningún mérito especial
que te haga mejor que aquellos que no tienen nada.
¿No crees que es justo dar un poco de lo que tenemos para equilibrar las cosas?
Una vez vi una pintada en una pared que decía:
“En lugar de quejarnos tanto, hagámos más por los demás”

Una persona generosa es la que da sin esperar recibir nada a cambio.
En algunos países, los verdaderos regalos no consisten en comprar algo en una tienda, 
sino en regalar cosas propias. Así, si me gusta un libro y se lo quiero regalar a alguien, 
no lo compro en la librería, sino que le regalo el mío propio.
Dar de lo propio, del propio tiempo, de la propia comida, 
de la propia ropa o de la propia sabiduría, 
supone desprenderse de algo. 
Pero hacer esto no disminuye mis posesiones, sino que las aumenta. 
Dar con amor es la única ecuación en la que cuanto más restas más tienes.

Desconozco a su autor


domingo, 27 de noviembre de 2016

"Sólo sé tú mismo"
Esta frase es, posiblemente, el consejo más empleado a lo largo de la historia. Sin embargo, resulta obvio que no podemos llegar a ser nosotros mismos, sin habernos entendido y aceptado previamente.Por tanto, nuestro objetivo primero y principal, ha de ser averiguar quiénes somos en verdad.
Encontrar tiempo y espacio para analizarnos, valoramos y descubrir qué es aquello que constituye nuestra esencia. No es fácil, desde luego, llegar a revelarse por completo. Hay demasiadas 'interferencias'. Uno de los errores más comunes, por ejemplo, es intentar mantener viva la imagen de lo que hemos sido artificialmente, porque consideramos que los que ya nos conocen así, no nos querrán de otra manera.

Asómate. Permítete un espacio para crecer, para mejorar, para ser más sabio. Perdónate los errores del pasado y las malas decisiones; no es algo como para sentirse orgulloso, pero tampoco de lo que ser un esclavo. Deja de preocuparte por cómo la gente te percibe.
Estás atrapado, si te preguntas constantemente: "¿Creen que soy gracioso ? ¿Acaso piensan que estoy gordo? ¿Piensan que soy estúpido? ¿Soy lo suficientemente bueno / listo / popular como para ser parte de su grupo de amigos? Ser tú mismo implica dejar de lado todas estas preocupaciones. Sé honesto y abierto. ¿Qué tienes que esconder? Todos somos imperfectos.

Si te sientes avergonzado o inseguro sobre cualquier aspecto de ti mismo, tienes que arreglarlo reconociendo tus propias imperfecciones. Ser responsable de ti mismo hará aumentar tu autoestima. Deja de compararte con los demás. Si siempre estás tratando de ser alguien que no eres, nunca serás una persona feliz. Sigue tu propio estilo. Es común a mucha gente copiar a los demás porque parece que es la mejor ruta para encajar en el molde, pero en realidad, no debes encajar, sino sobresalir. Piensa en lo extraordinario, induplicable, y milagroso que es ser tú. 

De todas las personas que han ido y venido por este planeta desde el principio de los tiempos, ni uno sólo de ellos es como tú. Nadie que haya vivido o que esté por venir, ha tenido tu combinación de habilidades, talentos, apariencia, amigos, conocidos, cargas, dolores y oportunidades. A nadie le crecerá el pelo exactamente igual que a ti. Tu huella digital es única. Nadie tiene la misma combinación de secretos, chistes y expresiones que tú conoces. Nadie se ríe de las mismas cosas que tú, y todos poseen otra forma de hacer que no es la tuya. Nadie reza sobre exactamente las mismas inquietudes que tú. Nadie es querido por la misma combinación de cualidades y defectos. ¡Nadie!

Disfruta de esta singularidad. No tienes que fingir con el fin de parecer como alguien más. No estamos destinados a ser como otra persona. No tienes que mentir para ocultar las partes de ti que crees que no gustan a los demás. Si no existieras, habría un agujero en la creación, una brecha en la historia, algo que falta en el plan para la humanidad. Atesora tu peculiaridad. Es un regalo que te han dado solamente para ti. Nadie puede sonreír tu sonrisa. Nadie puede hablar tus palabras. Nadie puede transmitir sus significados. Nadie puede consolar como tú lo haces ni agradecer como tú agradeces. Y donde quiera que estés, que tu personalidad sea libre para fluir entre familia y amigos y entre todos aquellos con los que te encuentres, en medio de la prisa y del desorden de la vida. El don de ser tú mismo, te ha sido dado para disfrutarlo y compartirlo.
No te lo quedes para ti ni lo disimules. ¡ERES ÚNICO!

Oscar Wilde


sábado, 26 de noviembre de 2016

El Universo es el mayor espejo que la Naturaleza nos ha dado, porque acepta sin condiciones nuestros pensamientos, nuestras emociones, palabras y acciones; ésta nos envía de vuelta el reflejo de nuestra energía bajo la forma de las diferentes circunstancias que se nos presentan en la vida.
Si te identificas con el éxito, tendrás éxito. Si te identificas con el fracaso, fracasarás. Por eso es tan importante nuestra actitud frente a la vida.


No te des mucha importancia y se humilde, pues cuanto más superior te muestres, inteligente y prepotente, más prisionero te vuelves de tu propia imágen y al final acabas viviendo en un mundo de tensión e ilusiones etéreas. Se discreto, preserva tu vida íntima y de esta manera te liberas de las opiniones ajenas, tantas veces innecesarias.

Piensa lo que vas a decir, pues cada vez que dejes salir una palabra, dejas asomar una parte de ti; habla cuando sea necesario y no hables por hablar.
No hagas promesas que no puedas cumplir. No te quejes y no utilices en tu vocabulario, palabras que proyecten ideas negativas, porque se dibujará a tu alrededor, todo aquello que has fabricado con ellas.
Aprende a ser como un espejo, observa y refleja. Como un sabio, escucha y piensa.
Ayuda a otros a percibir sus cualidades, a desarrollar sus virtudes, a brillar. Pero deja que ellos te ayuden también a ti.

No te comprometas facilmente, si actúas de manera precipitada, sin tomar conciencia de la situación, puedes crearte problemas. Toma un momento de silencio interno para considerar todo lo que se presenta y decide después. Así desarrollarás la sabiduría.

Evita juzgar a los demás, pues cada vez que juzgas a alguien pierdes energía muy valiosa, necesaria para tus propias cosas. No olvides que juzgar es una manera de esconder nuestras propias debilidades. Actúa como el sabio, tolerando, reflexionando y silenciando.
Piensa que todo lo que te molesta de los demás, es una proyección de todo lo que todavía no has resuelto en ti mismo.

Tómate unas horas al día para escuchar tus silencios, pues a veces dicen más que las palabras. Cultiva tu interior, respeta a los demás, déjalos hablar a ellos y conviértete en tu propio maestro.

Desconozco a su autor

viernes, 25 de noviembre de 2016

Sentir felicidad se considera una terapia muy importante, tanto física como mental. Con ella, nos sentimos inspirados para lograr cualquier meta que queramos alcanzar. Es un fuerte impulso que nos mantiene y nos ayuda a vivir nuestra vida todos los días. La felicidad es una mezcla de emociones positivas, que van desde una sensación de gozo celestial o placer a un estado de bienestar y satisfacción.

Cada día podemos predisponernos, de alguna manera, a sentirnos feliz:

Haz tu mejor esfuerzo para mantener la calma en todo momento. No permitas que las pequeñas cosas te estresen. Si pierdes un autobús, no estés molesto durante todo el día. Sólo tienes que esperar el siguiente, y cuando llegue, piensa en algunas ideas agradables que te ayuden a seguir con tu día. 

Bombea tu estado de ánimo. Si estás a punto de estresarte, trata de aligerar tu estado escuchando tu música favorita. La música estimula una parte del cerebro que libera endorfinas, que son sustancias químicas esenciales para la activación de la felicidad y la relajación general. 

Pasa tiempo con personas queridas. No hay nada más feliz que estar con la gente que amas. Durante los fines de semana, trata de programar un viaje de diversión para ti con los amigos o uno con toda la familia. Sólo tienes que ir a otro lugar y disfrutar de algo distinto cambiándo de escenario. 

Complácete incluso con pequeños detalles en tu vida. Todas las noches antes de dormir, trata de recordar algunos momentos felices del día. Tómate el tiempo para estar agradecido por las personas que están a tu lado contra viento y marea, tus amigos que te apoyan en todo momento, tus hijos y/o tu pareja que te aman, tu jefe que sigue creyendo en tu trabajo...Y si nada de eso sucede en tu vida, sencillamente siéntete orgulloso de ti mismo, por saber llevar los momentos de desaliento.

Aliméntate físicamente. El ejercicio es una excelente manera de estimular la producción de químicos sanos en tu cuerpo para que te sientas bien. Ir al gimnasio, salir a caminar, trotar, nadar o hacer yoga.

Fíjate una meta y haz lo mejor para lograrlo. Con el fin de encontrar la felicidad, es necesario trabajar por ella, ganarla y apreciarla. Establece algunos objetivos y cumple con ellos, empieza por los objetivos más simples, cuando seas capaz de lograrlo, te sentirás bien contigo mismo.

Haz algo bueno por los demás. Ayudar a otros es una manera muy honorable de encontrar la felicidad. Si tu agenda es muy apretada para el trabajo voluntario, puedes donar una pequeña cantidad de todo aquello de lo que puedas prescindir. Todas estas cosas simples no sólo te harán feliz, sino a otras personas también.

Empieza y termina tu día con una sonrisa. La sonrisa es un gesto muy potente. No hay necesidad de palabras para describir cuán delicioso es. Si tienes un mal día, sonríe al salir de la oficina. Cuando la gente te devuelva la sonrisa, elevará tu estado de ánimo y te hará sentir mejor.

Haz cambios en tu casa, como modificar la ubicación de algunos muebles para darle más espacio y luz al interior de la misma. Eso creará un ambiente más agradable y te sentirás más a gusto en ella.Disfruta de algunos placeres. Si eres aficionado de los nuevos lugares, viaja. Si coleccionas monedas o joyas, permítete añadir algunas a tu colección. Disfruta de la recompensa por el trabajo realizado cada día, de las pequeñas y grandes cosas que te ofrece la vida, y sé feliz.

Desconozco a su autor


jueves, 24 de noviembre de 2016

Algunas veces, las personas llegan a nuestras vidas y enseguida nos damos cuenta de que esto pasa porque debe de ser así, para servir un propósito, para enseñar una lección, para descubrir quienes somos en realidad, para enseñarnos lo que deseamos alcanzar. Tú no sabes quienes son esas personas, pero cuando fijas tus ojos en ellas, sabes y comprendes que afectarán tu vida de una manera profunda. Otras veces, te pasan cosas que parecen horribles, dolorosas e injustas, pero en realidad entiendes que si no superas esas cosas, nunca realizarás tu potencial, tu fuerza o el poder de tu corazón. 

Todo pasa por una razón en la vida; nada sucede por casualidad o por la suerte. . .enfermedades, heridas, el amor, momentos perdidos de grandeza o de puras tonterías, todo ocurre para probar los límites de tu alma. Sin éstas pequeñas pruebas la vida sería como una carretera recien pavimentada, directa, sin obstáculos que te enseñan a superarte , sin rumbo a ningún lugar, sin razón.

La gente que conoces afectan a tu vida; las caídas y los triunfos que experimentas, crean la persona que eres. Inclusive se puede aprender de las malas experiencias. Es más, quizá sean las más significativas en nuestras vidas.

Si alguien te hiere, te traiciona o rompe tu corazón, desde lo más profundo de ti mismo agradécelo, porque te habrá enseñado la importancia de perdonar, de tener más cuidado en lo sucesivo y de mirar a quién le abres tu corazón.


Si alguien te ama, ámalo tu también pero no porque él o ella te amen, sino porque te han enseñado abrir tu alma y tus ojos a las cosas pequeñas de la vida. Haz que cada día cuente y aprecia cada momento, además de aprender de todo lo que puedas, porque quizás más adelante no tengas la oportunidad que tienes en este momento. Entabla una conversación con gente con quien no hayas dialogado nunca, escúchalos y préstales atención.

Permítete enamorarte, liberarte y poner tu vista en un lugar bien alto. Repítete a ti mismo que eres un individuo magnífico y créelo; si no crees en ti mismo nadie más lo hará.

Desconozco a su autor


miércoles, 23 de noviembre de 2016

Este concepto quizás sea el más importante dentro de la Psicología Emocional, ya que de él depende en gran medida que las emociones que se generan se manejen de una u otra manera. A grandes rasgos podemos decir que la asertividad es la capacidad de decir lo que pensamos y sentimos, sin entrar en menospreciar u ofender a nuestro interlocutor.

Se trata de saber defender nuestras propias necesidades frente a las exigencias de los demás, sin llegar a utilizar comportamientos de sumisión o falta de control. Vendría a ser un término medio entre aquellas personas tímidas que no expresan lo que piensan por sus inseguridades, y las personas más agresivas que expresan sus opiniones de una forma desproporcionada y sin respetar a su interlocutor.

¿Dónde puede estar la causa de que una persona no sea asertiva?

- Es posible que desde niño los padres o cuidadores hayan castigado los comportamientos asertivos del niño de manera contundente, bien sea reprimiéndolo o diciéndole que este tipo de comportamientos no están permitidos en casa. Ejemplo: “Los niños buenos no responden a sus padres”. De esta manera el niño recibe la información de que no se puede expresar cuando los padres hablan, porque éstos no se lo permiten.

- Los padres o cuidadores no han reforzado el comportamiento asertivo, por lo que el niño no ha aprendido a valorarlo.

Las personas no reconocen en los demás una señal de aprobación por su comportamiento asertivo, por lo que no darán valor a desarrollar esta comunicación. En cambio son reforzadas por ser sumisas y acatar lo que se le diga, de esta manera encuentran el apoyo, la atención y la protección de los demás.

Hay diferentes formas de ser asertivo

ASERTIVIDAD POSITIVA
Consiste en darse cuenta de lo bueno y valioso que hay en los demás, mostrar afecto y aprecio hacia las otras personas. Sería la aceptación absoluta de cómo es el otro, no sentirnos amenazados. Se comunica de forma verbal y no-verbal. 

ASERTIVIDAD NEGATIVA
Se utiliza en el momento en que se afronta una crítica, cuando tomamos consciencia de que esa crítica es constructiva y tiene razón en su argumentación. Mostraremos con ello la voluntad de corregirlo. De esta manera reduciremos la agresividad de nuestros críticos y reforzaremos nuestra autoestima al aceptar que tenemos limitaciones. 

ASERTIVIDAD EMPÁTICA
Se trata de ponerse en el lugar del otro, entender comprender y actuar por la necesidad que parezca tener nuestro interlocutor. De esta manera conseguiremos sentirnos comprendidos.

ASERTIVIDAD PROGRESIVA 
En el caso de que empleamos cualquiera de las otras asertividades y nuestro interlocutor se muestre reticente insistiremos con mayor firmeza pero sin agresividad. 

En conclusión podemos decir que la asertividad es la mejor manera de comunicación que podemos emplear, respeta nuestros pensamientos y emociones y evita dejarse manipular por los de los demás. Es algo importante a tener en cuenta cuando queremos trabajar la autoestima y sentirnos aceptados mutuamente.

Ciara Molina, psicóloga


martes, 22 de noviembre de 2016

La conquista de la felicidad y el encontrarse con un gran amor, han sido, y serán muy seguramente, uno de los objetivos más o menos confeso de gran parte de la humanidad. Sobre estos tópicos se ha hablado mucho, pero, lamentablemente, no se ha correspondido al menos en un 10% del dicho al hecho.

El tópico amor y felicidad es sin dudas uno de los que más se ha trabajado, desde la filosofía y la reflexión, a la poesía, y las diversas formas literarias desde inicio de los tiempos; sin embargo, parece que aún no aprendimos la lección que nos impone un refrán popular: a las palabras se las lleva el viento.

Hay personas que afirman con total orgullo no creer ni en el amor ni en la felicidad; dejando de lado el pobre objeto de vanagloria que insume esta declaración, no podemos menos que no creerles del todo. En realidad deberían decir: no creemos en el amor a otro, ni en otra felicidad distinta al inmenso goce que nos representa reducir al universo posible a las inmediaciones de nuestro ombligo. 

Muchas veces uno cree que el amor es la clave de la felicidad; en otras ocasiones uno cree que es la felicidad la clave del amor. Incluso hay personas que discuten ordenándose en favor de una formulación u otra, tal y como si no se entendiera que respecto del amor y la felicidad no cabe ni fórmula ni clave alguna.

El amor de los escépticos del amor, es como la felicidad del racionalista en exceso: su pobreza reside en el poco interés que se pone en amar y en ser feliz; y en la sobrecompensación de esta actitud, mediante un exceso de argumentos lógicos dispuestos para obstaculizar el paso del amor y la adquisición de la felicidad.

Lo más terrible que una persona que declara “que jamás se ha enamorado”; es que no se cerciore de que aquel que lo escuche, intuya la verdad.

Muchos se pasan la vida clasificando y rotulando las relaciones que establecen en una gradación más o menos sistemática, en función del tipo de relación, pero lo más raro no es eso; lo que verdaderamente sorprende es que tras ese ejercicio macabro, aún les quede, tiempo y ánimo para amar.

¡La felicidad no existe! –Gritan algunos, tal y como si uno precisara de que mostraran tan al desnudo, la miseria que invade su ser.

La felicidad es un momento, sea. La vida también.
Según se dice enamorarse es apartarse de la realidad, exagerando las cualidades de aquel que es objeto de nuestro amor; sin embargo ¿hay algo más real, en la vida de cualquiera que ese instante en el que nos apartamos de la realidad exterior, para darle un lugar, en nuestra realidad íntima a la persona que amamos?

Desconozco a su autor

lunes, 21 de noviembre de 2016

Estos son algunos ejemplos de esas pequeñas costumbres, que si no las evitas, te restarán parte de felicidad:

- Concentrarte en la vida de otras personas 
No te conformes con las historias de éxito de otros y cómo las cosas le han ido bien a ellos, olvidando las tuyas. Tienes todo lo que necesitas para convertirte en todo lo que eres capaz de ser. 

Los cambios más asombrosos ocurren cuando decides tomar el control. Esto significa negarse a dejar que otros piensen, hablen y decidan por ti. Significa aprender a respetar y hacer uso de tus propias ideas para vivir tu vida.

Mantén tus mejores deseos y tus metas más grandes cerca de tu corazón y dedícales tiempo cada día. Si verdaderamente te ocupas de las cosas que haces y trabajas diligentemente en ellas, no habrá casi nada que no puedas lograr.

- Esperar por el momento perfecto
Los momentos no son perfectos, son lo que tú quieres que sean. Mucha gente espera a que los astros se alineen para hacer lo que tienen que hacer. El momento perfecto, la oportunidad ideal, etc. Estos estados de perfección son mitos. No existen!

- Trabajar sólo por el salario
Trabajar sin interés es agobiante, debes estar, al menos, interesado en ello. Cuando creas un estilo de vida en el cual tu trabajo es sólo algo con lo que batallas diariamente para pagar tus cuentas, al final terminarás desperdiciando toda tu vida queriendo que fuera como la de otra persona. El interés en tu trabajo mejora la calidad de tu rendimiento y suma felicidad a tu mente. No lo limites todo a una nómina.

- Albergar sentimientos de odio
Cuando guardas sentimientos de odio, eventualmente se pierde lo mejor de ti. Todo y todos a quienes odias ocupan un espacio permanente en tu mente y corazón. Así es que, si quieres eliminar algo dañino de tu interior, no odies. En vez de eso, desconéctate, sigue adelante y no mires atrás.

- Aferrarse a los miedos y preocupaciones
Cuando analizas un par de años atrás, ¿Cuántas oportunidades de felicidad dejaste escapar por el miedo? Aunque no hay nada que puedas hacer para remediar lo pasado, hay muchas cosas que puedes hacer por las oportunidades futuras. Todavia estas a tiempo si crees en ti. Todos los días tienes nuevas lecciones y nuevas posibilidades. Siempre hay una manera de dar un paso adelante.

- Tratar de lograr grandes cambios de una sola vez
Si quieres lograr un cambio en el mundo, comienza por tu entorno más cercano. Hacer un gran cambio de una vez, es cuanto menos complicado, y el proceso de intentarlo sería estresante. Mejor hacerlo por escalas.

- Aferrararte a alguien que te hace daño
A veces tienes que alejarte de ciertas personas, no porque no te interesen, sino porque a ellos no les interesas. Cuando alguien te hace daño una y otra vez, acepta el hecho de que no es la persona adecuada. No es algo fácil de asumir, pero debes hacerlo. No desperdicies otro segundo de tu tiempo tratando de impresionarlos o probarles algo que quizás no comprendan.

- Darle demasiada importancia al atractivo físico
Enamorarte locamente de alguien simplemente por su aspecto físico, es como elegir tu comida favorita basada en el color en vez del sabor. No tiene sentido. Son esas características innatas, invisibles e incalculables las que crean una atracción duradera.

Todas éstas costumbres equivocadas, son un reto más a cambiar en tu vida para que sumes felicidad.

Desconozco a su autor

domingo, 20 de noviembre de 2016

El tiempo pasa tan de prisa a nuestro alrededor que tan sólo nos damos oportunidad de "sobrevivir", somos esclavos de la rutina y pasamos cada uno de nuestros días sumergidos en un mar de problemas y de situaciones triviales que pocos momentos libres nos dejan.

He dedicado algunos instantes a recordar cuando fue la última vez que estando en alguna reunión o simplemente hablando con alguien haya escuchado algún comentario que dijera algo tan simple, como, "ayer vi un hermoso atardecer", o bien, "vi a un grupo de aves volar hacia el sur", y aún no puedo recordarlo.

La verdad es que este tipo de comentarios ya no se escuchan facilmente.

Alguno pensará en estos momentos que esos son comentarios superficiales y de gente que no tiene nada sobre que hablar, que mucho mejor seria discutir de temas de actualidad como son las crisis económicas en el mundo o la falta de valores que vive la sociedad, si bien es cierto que estos son temas de interés para todos ya que los vivimos 24 horas al día, todos los días, también es cierto que en el mundo existen muchas cosas más que vale la pena apreciar pero que por decisión propia o de la misma sociedad nos hemos abstraído de ellas.

Vivimos en un mundo en el cual es mas importante saber a cuanto cerró la bolsa hoy que como amaneció nuestra madre, o bien, enterarnos sobre todos los detalles de los casos más resonantes a preguntar qué tal estará ese amigo que hace tiempo que no veo.
Con esto quiero decir que hemos puesto a las personas en un segundo plano, que nos hemos vuelto frívolos y egoístas, que sólo nos importa lo que esta en "nuestro" mundo y cualquier situación, persona o cosa que no pertenezca a él, no nos importa.

Nos hemos olvidado que somos las personas las que movemos al mundo y no al revés, hemos olvidado el VIVIR para pasar tan sólo a SOBREVIVIR en un mundo regido por el caos y la complejidad.

Cuantificamos nuestro tiempo en dinero, no nos importa pasar algunas horas extras en nuestro trabajo para ganar una mejor posición en la empresa y sentir que así podemos ganar el mundo, pero nunca nos percatamos que al hacer eso estamos perdiendo cosas tan grandes como: la infancia de nuestros hijos, la oportunidad de disfrutar a nuestros padres o de visitar algún amigo, de pasear por nuevos lugares, de ver una puesta de Sol, o simplemente leer un libro en medio del silencio. Lo mas irónico de esto es que estas cosas que alimentan y engrandecen al ser humano son gratis y tan sólo nos cuestan un poco de nuestro tiempo.

Al escribir estas palabras me he dado cuenta que es más valioso para mi pasar 30 minutos con personas que quiero, que pasar tres horas intentando terminar ese proyecto que de cualquier forma veré mañana.

Me he dado cuenta de que me cuesta menos coger el teléfono y hablarle a mi madre para preguntarle sobre que tal amaneció hoy, a discutir interminablemente con mis colegas sobre el futúro de la economía.

Me he dado cuenta de que es más importante para mi escuchar los sueños de mis amigos, que ver las frivolidades que pasan por la televisión.

¡Me he dado cuenta de las cosas que me hacen sentir vivo!

Nacimos para VIVIR.
Mira a tu alrededor y ante tanta grandeza, responde:
¿Piensas seguir SOBREVIVIENDO?

Anónimo

sábado, 19 de noviembre de 2016

En algún momento de nuestra vida todos nos hemos sometido al impulso del consumo, no como una necesidad, sino como un capricho o un refuerzo. Es evidente la relación que existe entre algunas compras y nuestro estado de ánimo. 

Por eso, conviene conocer qué mecanismos psicológicos nos hacen abalanzarnos a la tienda, online o física, y cómo controlarnos para que no terminen costándonos un ojo de la cara, especialmente en los días de fechas festivas (navidad, cumpleaños,etc). Una reciente investigación de la profesora Francine Espinoza Petersen, de la European School of Management and Technology, arroja nueva luz sobre este asunto.

Hasta ahora se creía que con el consumo irreflexivo era la mejor terapia para episodios de tristeza o desánimo. Sin embargo, según Petersen es la incertidumbre lo que determina esa actitud. Es decir, que cuando nos sentimos realmente mal y sabemos que nada va a cambiar ese estado de ánimo, tendemos a no tomar decisiones. En cambio, cuando tenemos dudas o inquietudes sobre el futúro inmediato, buscamos un refuerzo positivo, una recompensa instantánea que nos ayude a seguir adelante a pesar de las dudas. Ir de compras cumple con ese patrón.

De la misma forma, continúa la profesora Petersen, el proceso se invierte si nuestro humor es inmejorable. Sentirse muy bien y estar seguros de que vamos a seguir así puede impulsarnos al consumo más que si nuestro ánimo es bueno pero con algunas incertidumbres. En este caso, no nos arriesgaremos a que, por ejemplo, no encontrar lo que busquemos o hacer una compra inadecuada pueda poner en riesgo nuestro humor.

De modo que mucho cuidado con las incertidumbres (los miedos) y la felicidad extrema porque pueden salirnos muy caros. Los comercios intentan aprovecharse de estas circunstancias. Si te das una vuelta por un centro comercial verás que la decoración, la iluminación, la música de ambiente e incluso los olores nos intentan transmitir confort, seguridad y felicidad.

Pero las técnicas más sofisticadas para sacar partido de las compras impulsivas son las encontradas en Internet. Sobre todo a partir de dos estrategias muy efectivas:
  • Ventas flash. Promociones atractivas en las que dispones de un límite corto de tiempo para decidirte. Por ejemplo, eBay Daily Deals, donde ofrecen grandes descuentos durante solo un día. O el caso extremo de la web sueca Speedsale.se, en el que solo tienes ¡4 segundos! para decidir la compra, que así se convierte en un juego. En el fondo, lo que se intenta es que no pienses demasiado y te dejes arrastrar por la emoción, el impulso.
  • Stock limitado. “Solo quedan dos unidades” “Oferta válida hasta liquidación de existencias. Y son limitadas”. Te gusta un producto y te tienes que dar prisa porque te puedes quedar sin él. ¿Siempre es así? No, pero algunos comercios juegan con tu ansiedad. Es decir, más emoción, más impulso.
Ya sabes cuáles son los mecanismos psicológicos de la compra impulsiva y conoces cómo los vendedores están al quite. Ahora los consejos para que no te dejes convencer tan facilmente, al menos sin algo de resistencia:
  • Date un poco de tiempo para distinguir entre necesidades y deseos.
  • Dependiendo de tu ánimo, evita centros comerciales o las tiendas online que más frecuentes.
  • No abras las ofertas que te lleguen por correo y calcula bien hasta qué punto son rentables las extraordinarias rebajas en objetos de los que puedes prescindir.
  • Fija una cantidad semanal de gastos y apunta todos los que realices para analizar los que son necesarios y los que son superfluos.
  • Si vas de compras, lleva una lista y ajústate a ella.
  • Haz los pagos en metálico para tener conciencia real de lo que gastas. Si lo haces online, visualiza el importe poniendo la misma cantidad sobre la mesa.
Se trata, en algunos casos, de muchos euros de ahorro al mes. Pero tampoco seamos sumamente estrictos: hazte un regalo de vez en cuando, porque seguro que también te lo mereces.

Social Media

viernes, 18 de noviembre de 2016

Con el tiempo aprendemos que lo que verdaderamente cuenta en la
vida, no son las cosas que tenemos alrededor sino las
personas que nos rodean.
Aprendemos la diferencia entre dar la mano y socorrer a un alma,
Que amar no significa apoyarse y que compañía no siempre significa seguridad. 
Aprendemos que el sol quema si nos exponemos demasiado,
que hasta las personas buenas pueden herirnos alguna vez y necesitaremos perdonarlas
Que no debemos compararnos con lo mejor de
lo que hacen los otros, sino con lo mejor que podemos
hacer cada uno de nosotros.

Que podemos encantar durante quince minutos,
pero después de eso necesitamos poder hacer algo más.

Aprendemos que lo más importante no es lo que nos
sucede sino lo que hacemos al respecto.
Que es importante practicar para
convertirnos en la persona que deseamos ser
Que es mucho más fácil reaccionar que
pensar y más satisfactorio pensar que reaccionar.

Aprendemos que siempre debemos despedirnos de las
personas que amamos con palabras amorosas; podría ser la
última vez que las viéramos.
Que somos responsables de lo que hacemos,
cualquiera que sea el sentimiento que tengamos.
Que o controlamos nuestras actitudes o éstas nos
controlarán a nosotros.

Aprendemos que por muy apasionada que sea una relación
en un principio, la pasión se desvanece y algo más debe
tomar su lugar.
Que los héroes son las personas que hacen
aquello de lo que están convencidos, a pesar de las
consecuencias.
Que en muchos momentos tenemos el
derecho de estar enojados, mas no el derecho de ser crueles.

Aprendemos que con los amigos podemos hacer
cualquier cosa o no hacer nada y tener el mejor de los
momentos.
Que el dinero es un pésimo indicador de
valor de algo o alguien.
Que a veces las personas en las que menos creemos,
son aquellas que nos ayudan a levantar.

Aprendemos que simplemente porque alguien no nos
ame de la manera en que quisiéramos, no significa que no
nos ame a su manera.
Que la verdadera amistad y el verdadero
amor continúan creciendo a pesar de las distancias.
Que dos personas pueden mirar una misma cosa
y ver algo totalmente diferente.
Que la madurez tiene más que ver con las
experiencias que hemos tenido y aquello que aprendimos de éstas,
que con el número de años cumplidos.
Que no siempre es suficiente ser perdonado por los otros,
a veces tenemos que perdonarnos a nosotros mismos.
Que no tenemos que cambiar de amigos,
si comprendemos que los amigos cambian.

Aprendemos que sin importar las consecuencias,
cuando somos honestos, llegamos más lejos en la vida.
Que los títulos sobre la pared no nos
convierten en grandes seres humanos.
Y que aunque la palabra amor pueda tener
diferentes significados, pierde su valor cuando se usa con ligereza.
Que el tiempo no es algo que pueda volver hacia atrás, 
por lo tanto, debemos cultivar nuestro propio jardín y decorar nuestra alma. 
Así sabremos realmente lo que podemos soportar; 
nos daremos cuenta de que somos fuertes 
y que podemos ir mucho más lejos de lo que creemos, 
cuando pensamos que no podemos más.

Desconozco a su autor


jueves, 17 de noviembre de 2016

¡Qué diferente sería nuestro mundo si mirásemos con los ojos del corazón!
Si así lo hiciésemos,
nos daríamos cuenta de las cosas que suceden a nuestro alrededor
y normalmente no vemos,
quizás nuestros rencores del pasado serían suavizados por nuestra forma de ser,
y todo lo veríamos desde otra perspectiva, con mucho más bondad,
incluso para quien tanto daño nos hizo.

Muchas veces vamos por la calle creyendo ver, pero realmente no vemos nada,
sólo lo que está frente a nosotros.
Caminamos sin percatarnos de nadie, salvo que nos tropecemos con una persona.

No acostumbramos a mirar y observar a la gente,
salvo que sea para echar una mirada a ver qué llevan puesto.
Eso es mirar con los ojos.
Sin embargo cuando tus ojos se posan sobre el niño que mendiga
o el anciano que no puede cruzar la calle solo, y le ayudas,
estás mirando con el corazón.

Si nos detuviéramos unos minutos en el diario trajín de nuestra vida,
un momento para mirar de verdad,
seríamos más felices.
Los recuerdos desagradables no nos dolerían tanto
y los rencores se nos apocarían
porque nuestra luz interior sería mucho más resplandeciente
que el oscuro resentimiento,
ese que debe estar lejos de nuestra vida,
que no nos hace nada bien y resta brillo al maravilloso mundo que tenemos
ante nuestros ojos.

Sepamos enfrentar todo sin rencor, aprender el lenguaje secreto de nuestro corazón
ese que te dice cómo son las cosas, ese que presiente,
que siente y vive dentro de ti.
Depende de nosotros, de si queremos mirar la vida con los ojos de la indiferencia
o con los de la bondad.

No seamos indiferentes ante la vida,
no nos contaminemos con malos pensamientos.
Pensemos que si aportáramos un granito de amor hacia todas las personas,
este mundo no sería lo que es,
probablemente todo sería mejor, incluso nosotros.

Mirar con los ojos del corazón,
es mirar con ojos verdaderos,
las cosas más sencillas del mundo son
las que más alegrías aportarán a tu vida.

Desconozco a su autor


miércoles, 16 de noviembre de 2016

La resiliencia es la capacidad que tiene el ser humano para afrontar las adversidades de la vida y sobreponerse al dolor, las tragedias o el estrés.

La pérdida del trabajo, la muerte de un ser querido, una enfermedad grave o problemas financieros serios, son sucesos que tienen un gran impacto en las personas, produciendo una sensación de inseguridad, incertidumbre y dolor emocional. Aún así, las personas logran sobreponerse a esos sucesos y adaptarse transcurrido un tiempo. Cuanta mayor sea la capacidad de resiliencia, más facilidad tendrán para superarlos.

Pero la resiliencia no es algo que se tenga o no se tenga, sino que implica una serie de conductas y formas de pensar que cualquiera puede aprender y desarrollar.

Características de las personas resilientes

Las personas resilientes poseen tres características principales: saben aceptar la realidad tal y como es; tienen una profunda creencia en que la vida tiene sentido; y poseen una inquebrantable capacidad para mejorar.

Además presentan las siguientes habilidades:
  • Son capaces de identificar de manera precisa las causas de los problemas para impedir que vuelvan a repetirse en el futuro.Son capaces de controlar sus emociones, sobre todo ante la adversidad y pueden permanecer centrados en situaciones de crisis.
  • Saben controlar sus impulsos y su conducta en situaciones de alta presión.
  • Tienen un optimismo realista. Es decir, piensan que las cosas pueden ir bien, tienen una visión positiva del futuro y piensan que pueden controlar el curso de sus vidas, pero sin dejarse llevar por la irrealidad o las fantasías.
Se consideran competentes y confían en sus propias capacidades.

Son empáticos. Es decir, tienen una buena capacidad para leer las emociones de los demás y conectar con ellas.
Son capaces de buscar nuevas oportunidades, retos y relaciones para lograr más éxito y satisfacción en sus vidas.

El estilo de pensamiento de las personas resilientes se caracteriza por ser realista, exacto y flexible. Cometen menos errores de pensamiento (como la exageración o sacar conclusiones precipitadamente, sin evidencias que las corroboren) e interpretan la realidad de un modo más exacto que las personas menos resilientes.

Los más resilientes
  • Tienen una mejor autoestima
  • Se critican menos a sí mismas
  • Son más optimistas
  • Afrontan los retos
  • Son más sanos físicamente
  • Tienen más éxito en el trabajo o estudios
  • Están más satisfechas con sus relaciones
  • Están menos predispuestas a la depresión
Qué contribuye a que una persona sea más resiliente
  • El apoyo emocional es uno de los factores principales. Tener en tu vida personas que te quieren y te apoyan y en quien puedes confiar te hace mucho más resiliente que si estás solo.
  • Permitirte sentir emociones intensas sin temerlas ni huir de ellas, y al mismo tiempo ser capaz de reconocer cuándo necesitas evitar sentir alguna emoción y centrar tu mente en alguna distracción.
  • No huir de los problemas sino afrontarlos y buscar soluciones. Intenta ver los problemas como retos que puedes superar y no como terribles amenazas.
  • Tomarte tiempo para descansar y recuperar fuerzas, sabiendo lo que puedes exigirte y cuándo debes parar.
  • Confiar tanto en ti mismo como en los demás.
Desconozco a su autor


martes, 15 de noviembre de 2016

Uno de los elementos clave que forma la inteligencia emocional, es la empatía, la cual pertenece al dominio interpersonal. La empatía es el rasgo característico de las relaciones interpersonales exitosas. La habilidad para estar conscientes de reconocer, comprender y apreciar los sentimientos de los demás. En otras palabras, el ser empáticos es igual a ser capaces de “leer” emocionalmente a las personas.

Así como la autoconciencia emocional es un elemento importantísimo en la potenciación de las habilidades intrapersonales de la inteligencia emocional, la empatía viene a ser algo así como nuestra conciencia social, pues a través de ella se pueden apreciar los sentimientos y necesidades de los demás, dando pie a la calidez emocional, el compromiso, el afecto y la sensibilidad.

Si por un lado, un déficit en nuestra capacidad de autoconciencia emocional nos lleva a ser vistos como analfabetos emocionales (ignorantes del reconocimiento de las propias emociones), una insuficiencia en nuestra habilidad empática es el resultado de una sordera emocional, pues a partir de ello, no tardan en evidenciarse fallos en nuestra capacidad para interpretar adecuadamente las necesidades de los demás, aquéllas que subyacen a los sentimientos expresos de las personas.

Un individuo empático puede ser descrito como una persona habilidosa en leer las situaciones mientras tienen lugar, ajustándose a las mismas conforme éstas lo requieran; al saber que una situación no es estática, sacan provecho de la retroalimentación, toda vez que saben que el ignorar las distintas señales que reciben puede ser perjudicial en su relación. Es también alguien que cuenta con una buena capacidad de escucha, diestra en leer “pistas” no verbales; sabe cuando hablar y cuando no, todo lo cual le facilita el camino para regular de manera constructiva las emociones de los demás , beneficiando así sus relaciones interpersonales.

El proceder con empatía no significa estar de acuerdo con el otro. No implica dejar de lado las propias convicciones y asumir como propias la del otro. Es más, se puede estar en completo desacuerdo con alguien, sin por ello dejar de ser empáticos y respetar su posición, aceptando como legítimas sus propias motivaciones.

Mahatma Gandhi sostenía lo siguiente “las tres cuartas partes de las miserias y malos entendidos en el mundo terminarían si las personas se pusieran en los zapatos de sus adversarios y entendieran su punto de vista”; en coherencia con ello, él decidió no proceder con violencia en su propósito por lograr la independencia de su país, y contra todo pronóstico la “resistencia pacífica” que propulsó fue el arma decisiva en la consecución de la ansiada liberación de su patria, la India.

Fuente:
Proyectopv.org


lunes, 14 de noviembre de 2016

La vida está llena de nuevas experiencias y etapas. Cada instante, cada minuto cuenta en nuestras vidas, por ello hemos de intentar vivirla de la mejor manera posible, tratando de ser feliz.

Para ello hemos de aprender a deshacernos de todo lo que nos haga sentir mal, de esas experiencias nefastas que llevamos a cuestas en nuestra "mochila" y cuando digo deshacernos no significa borrarlas para siempre, porque no se puede vivir sin pasado, sino guardarlas en un lugar lejano en la mente, aprender de los errores cometidos y apartarlos de nuestra vida, como una experiencia que fue y nada más.

En nuestro interior siempre llevaremos todo aquello que hemos vivido, alegrias, ilusiones, sentimientos que nuestro corazón un día albergó, experiencias gratas o desagradables. Todo eso con el paso del tiempo pesa y nos impide disfrutar plenamente del momento presente, por eso hemos de aprender a despojarnos de esa "mochila"y dejarla apartada, lejos, en el baúl del recuerdo. Por el contrario, es bueno recordar las vivencias que nos han producido felicidad en distintas etapas de la vida, porque esto aumenta nuestras energías positivas.

Tenemos que vivir el momento, cada día que amanece está lleno de nuevas experiencias, de nuevas ilusiones, éxitos y fracasos de los que deberemos aprender y posteriormente archivar para continuar sin el peso de las frustraciones ocasionadas, pero sobre todo habremos vivido, hemos de continuar pasando página del ayer, siempre adelante y con esperanzas puestas en todo aquello que realicemos.

Si te cargas de positividad, pensamientos constructivos y de vitalidad, irradiarás alegría; todo lo bueno se proyectará hacia ti porque lo atraes, haciéndo fluir en la mayoría de las veces acontecimientos agradables que te harán sentir felicidad.

No te agobies pensando en el futuro, vive el día de hoy, disfrútalo, porque ese será el pasado de mañana y no volverás a vivirlo nunca más. Pues las cosas del pasado ya no las podemos cambiar, pero sí aprender de las experiencias vividas, ya que nos servirán como lección para el futuro.

No olvides también hacer un filtrado, ordenar, retira todo lo inútil, no seas victima del rencor, ni de cualquier otro sentimiento negativo, pues éstos siempre hacen daño a quienes lo sienten. En definitiva, aparta todo aquello que te impida seguir adelante, te sentirás más aliviado de carga y más feliz.

APRENDE A DECIR NO, simplifica tu vida y desacelera el ritmo frenético del día a día, saca más tiempo para el ocio, aumenta el tiempo para compartir con la familia y/o amigos, realiza más actividades en la naturaleza, haz ejercicio físico, que beneficia mente, cuerpo y alma; pero sobre todo disfruta cada momento de la inmensa fortuna de vivir en un planeta lleno de maravillas. Y recuerda siempre quedarte con el lado positivo de todo lo que vivas, porque eso te dará nuevas energías, logrando que te sientas más feliz.

Desconozco a su autor


domingo, 13 de noviembre de 2016

Todos tenemos nuestra forma de interpretar y vivir nuestros sentimientos y emociones, y a todos nos cuesta más aceptar y expresar unos sentimientos que otros. 

Algunas personas son muy sensibles emocionalmente y tienen una gran capacidad para manejar adecuadamente sus propios sentimientos y para entender y percibir los de los demás.

Sin embargo existe otro tipo de personas a quienes los sentimientos les desbordan y afectan de tal forma que les impiden reaccionar de manera racional.

Es importante por tanto, vivir las emociones con calma e intentar establecer una estrecha relación con ellas.

Dentro del mundo afectivo conviene hacer una distinción entre los sentimientos y las emociones. Las emociones se podrían definir como una reacción breve e intensa asociada determinados estímulos, dependen directamente del estímulo que las provoca. Un ejemplo de emoción podría ser el miedo. En la mayoría de las ocasiones es el pensamiento y la interpretación que hagamos de lo que nos acontece lo que determina que nuestras emociones sean positivas o negativas. Podemos hablar de emociones positivas y emociones negativas.

Entre las emociones negativas destacan la tristeza, la hostilidad, la ira, el asco, la ansiedad, el miedo, etc. y entre las emociones positivas están la alegría, la ilusión, el humor, el gozo, la ternura...

Los sentimientos son más estables y duraderos que las emociones, son más fáciles de controlar y pueden provocar actitudes más racionales. Un ejemplo sería el amor. Los sentimientos no dependen de estímulos externos y son capaces de mantenerse por sí mismos.

Si las emociones irrumpen descontroladamente en nuestra vida, dirigen nuestro comportamiento, y a veces, sentimos que nos impiden pensar con claridad. Este es el momento de detenernos y tratar de descubrir lo que nos quieren decir. Las emociones contienen información valiosa sobre nuestras necesidades y deseos, útiles para tomar decisiones acertadas y actuar de forma eficaz.

Cómo vivirlos positivamente

Aceptar todos nuestros sentimientos hará que nuestro comportamiento sea más racional y nos ayudará a llevar una vida más sana y equilibrada emocionalmente. Sin embargo las presiones de la vida diaria y las prisas hacen que no le prestemos atención, que desatendamos nuestras emociones y que perdamos contacto con nuestro estado emocional. 

Lo primero que hay que hacer es tomar conciencia de lo que sentimos, controlar los sentimientos e impulsos conflictivos, tener presente que incluso de las emociones desagradables se aprende ya que contribuyen a conocernos mejor y a madurar afectivamente.

Si aprendemos a escuchar e interpretar lo que nos dicen nuestras emociones, conseguiremos un buen aliado que nos ayudará a conocernos mejor y entender cómo somos.

No olvidar que somos responsables de nuestros actos y sentimientos. No debemos culpar a los demás de lo que sentimos y de cómo nos sentimos, ya que nuestro ánimo depende de nosotros, y nosotros somos los únicos que podemos cambiar nuestro comportamiento y actitud ante una emoción concreta. Por consiguiente, para lograr una buena estabilidad emocional es aconsejable aprender a controlar los altibajos del estado de ánimo.

Es importante desdramatizar, es decir darle a las cosas la importancia que realmente tienen y no convertir cada imprevisto o contrariedad en algo insalvable que nos supera. En estos casos, si aprendemos a poner una nota de humor nos ayudará a contemplar el lado bueno y positivo de los acontecimientos.

Cómo estimular emociones positivas

- Existen actividades que logran estimular emociones positivas como ir al cine, leer libros agradables y divertidos, conversar con gente divertida. 

- Hacer ejercicio libera tensiones, activa la secreción de las endorfinas, que son las sustancias responsables de las emociones. Se ha estudiado como el aumento de estas sustancias en nuestro organismo está relacionado con la sensación de bienestar.

- Repasar mentalmente las cosas buenas que nos hayan sucedido en la vida.

- Imaginar situaciones positivas en las que nos gustaría encontrarnos.

No olvidar que la clave está en el pensamiento, y que los sentimientos desagradables son producto de pensamientos negativos, por consiguiente si aprendemos a pensar correctamente, percibiremos la vida con más realismo y nuestra vida emocional será mas equilibrada.

Trinidad Aparicio 
Psicóloga


sábado, 12 de noviembre de 2016

Para crear y mantener entre todos relaciones cordiales y vínculos amistosos.

1. Habla con las personas. Nada hay tan agradable y animante como una palabra de saludo cordial, particularmente hoy en día que tanto necesitamos de gestos amables.

2. Sonríe a las personas. Recuerda que para mover la cabeza ponemos en acción 72 músculos y que para sonreír nos basta con movilizar 14.

3. Llama a las personas por su nombre. Para casi todos, la música más suave es oír su propio nombre.

4. Sé amigo y servicial. Si quieres tener amigos, sé amigo.

5. Sé cordial. Habla y actúa con toda sinceridad: todo lo que hagas hazlo con gusto.

6. Interésate sinceramente por los otros. Recuerda que sabes lo que sabes, pero que no sabes lo que otros saben.

7. Sé generoso en elogiar y cauteloso en criticar. Los líderes elogian. Saben animar, dar confianza y elevar a los otros.

8. Aprende a captar los sentimientos de los demás. Hay tres ángulos en toda controversia: el tuyo, el de otro y el del que sólo ve lo suyo con demasiada certeza.

9. Preocúpate de la opinión de los otros. Tres son las actitudes de un auténtico líder: oír, aprender y saber elogiar.

10. Procura aportar los buenos servicios que puedes hacer: lo que realmente vale en nuestra vida es lo que hacemos por los demás.

Desconozco a su autor