domingo, 8 de octubre de 2017

Confía en tus fuerzas y recuerda que nada es imposible.
Confía en las cosas que te inspiran.
Confía en las cosas que te dan felicidad.
Confía en los sueños que siempre has anhelado y déjalos hacerse realidad.
La vida no hace promesas sobre lo que te reserva el futuro.
Debes buscar tus propios ideales y animarte a cumplirlos.
La vida no te ofrece garantías sobre lo que tendrás.
Pero te ofrece tiempo para decidir lo que buscas y arriesgarte a encontrarlo y a revelar algún secreto que encuentre en tu senda.
Si tienes voluntad para hacer buen uso del talento y de los dones que son sólo tuyos; tu vida estará llena de tiempos memorables y de inolvidable alegría.
Nadie comprende el misterio de la vida o su significado.
Pero para aquellos que deciden creer en la verdad de lo que sueñan y en sus fuerzas …
La vida es un singular regalo y nada es imposible.

Fuente: Oasis

sábado, 7 de octubre de 2017

Los días son infinitos mientras aun vivas,
Si me llegas a descubrir quién soy, no corras,
Porque puedo empezar con una mirada,
Porque puedo terminar en una traición
Porque el ser humano me crea de diferentes maneras.
A veces suelo nacer en los sueños de los niños,
A veces suelo morir en aquel que jamás pudo intercambiarme,
Puedo ser de mil maneras, solo hace falta imaginación,
Puedo ser una gota de lluvia si ambos sienten lo que yo siento,
Puedo ser la más cálida brisa de aire, porque toco sin tocar.

Al fin ya exhausto de describirme, te voy a decir quién soy,
Soy el AMOR, ese sentimiento que muchos luchan porque no muera,
Ese amor que solo los humanos matan por un error,
Soy de mil maneras en que puedas describirme, pero tengo un fin,
El de crear y hacer en ti o en otra persona ese cosquilleo que se llama cariño,
Ese sentimiento de extrañar, y si llegas a extrañar a alguien, no solo por amistad,
Es que lo vas queriendo y yo (el amor) estoy naciendo en ti,
No dejes que me escape de ti, porque el amor verdadero, solo llega una vez,
Porque la segunda vez será solo el reflejo de lo que pudo ser el primero.

Así que si algún día me cruzo por tu vida y te hago miles de señas para que me veas,
Y no me prestas atención, solo moriré en silencio sin llorar, solo me secaré como una
Planta que le falta agua.

Ahora te das cuenta que soy importante en tu vida,
Como en cada aire que respiras, como en cada sorbo que bebes,
Yo (el amor) no me halago de mis virtudes, solo te hago ver,
Que el autor que me escribe en este papel, hizo lo mejor para describirme,
Hizo lo mejor para hacerte entender que el amor llega de maneras desconocidas,
Y se va así como llega, alegre o triste como pudo ser en la vida de los seres humanos.

Anónimo

viernes, 6 de octubre de 2017

¿Se puede decir que en estos últimos días no te has sentido
como una persona libre y feliz, sin problemas ni preocupaciones?
¿No te has sentido así?
Pues estás dormido.
¿Qué ocurre cuando estás despierto?
No cambia nada, todo ocurre igual, pero tú eres el que ha cambiado
para entrar en la realidad. Entonces lo ves todo claro.
Le preguntaron a un maestro oriental sus discípulos:
“¿Qué te ha proporcionado la iluminación?”
Y contestó:
“Primero tenía depresión y ahora sigo con la misma depresión,
pero la diferencia está en que ahora no me molesta la depresión.”
Estar despierto es aceptarlo todo, no como ley, ni como sacrificio,
ni como esfuerzo, sino por iluminación.
Aceptarlo todo porque lo ves claro
y ya nada ni nadie te puede engañar. Es despertar a la luz.
El dolor existe, y el sufrimiento sólo surge cuando te resistes al dolor.
Si tú aceptas el dolor, el sufrimiento no existe.
El dolor no es inaguantable, porque tiene un sentido comprensible
en donde se remansa. Lo inaguantable es tener el cuerpo aquí
y la mente en el pasado o en el futuro.
Lo insoportable es querer distorsionar la realidad, que es inamovible.
Eso sí que es insoportable.
Es una lucha inútil como es inútil su resultado:
el sufrimiento.
No se puede luchar por lo que no existe.
No hay que buscar la felicidad en donde no está,
ni tomar la vida por lo que no es vida,
porque entonces estaremos creando un sufrimiento
que sólo es el resultado de nuestra ceguera y, con él,
el desasosiego, la congoja, el miedo, la inseguridad…
Nada de esto existe sino en nuestra mente dormida.
Cuando despertemos, se acabó.

jueves, 5 de octubre de 2017

Muchas veces en la vida pasamos por momentos difíciles en los que tenemos que decidir sobre los nuevos caminos a tomar.
A veces el júbilo nos invade ya que la ruta tomada nos demuestra el acierto, y eso se llama crecer.
Otras veces nos desanimamos antes de reemprender nuestra meta, y eso también se llama crecer.
Crecer, una palabra tan común pero tan significativa a la vez, tan llena de vida; definitivamente es un término al que, en particular, tengo muy presente y valoro entrañablemente.
A veces la parálisis nos invade, desarmados completamente caemos en la tristeza, la desilusión, la desgana; sentimos la horrible sensación de no poder hacer nada bien, tomamos caminos de fácil acceso que a ningún lado nos conducen; nos invade la soledad y ocupamos el vacío con gente vacía y el resultado es una lista interminable de momentos más vacíos aún.
El dolor se esconde detrás de una imagen impuesta cargada de elementos superfluos que no hacen mas que alejarnos de nosotros mismos.
Hacia la felicidad el camino parece estar lleno de pantanos y grietas infinitos, en esos momentos no podemos ver que ser feliz está en nuestro propio ser, por el solo hecho de existir.
El tiempo oficial pasa pero nos es indiferente, el tiempo real nos encuentra sumergidos y cansados, pero tarde o temprano, desde lo mas profundo de nuestra existencia surge una luz, que al principio es pequeña, creo yo que es nuestro instinto de supervivencia más el amor por la vida y por nuestra vida que hace que lentamente nos reubiquemos en el camino correcto, el del amor.
A veces necesitamos pasar por momentos muy duros, cometemos errores, evadimos los problemas y nos disfrazamos de algo que no somos hasta reencontrarnos con nuestros valores, en lo que a mi respecta, el valor de las pequeñas cosas, aquellas situaciones y cosas cotidianas y sencillas que son maravillosas.
A veces necesitamos pasar por momentos tan duros, pero superarlos es también crecer.

La felicidad es un don que poseemos todos, pero cultivarla y compartirla es un hermoso trabajo que implica esfuerzo, dedicación y tiempo, pero por sobre todas las cosas amor, el sentimiento más hermoso.

Y poder amar también es crecer.

Desconozco a su autor

miércoles, 4 de octubre de 2017

Toma un viaje a tu interior. Una cita contigo mismo… Deja un momento esta semana solo para ti, puede ser 10 o 15 minutos pero que sea un momento para cerrar los ojos y escuchar tu voz interior, la voz de tu alma.

Piensa en un lugar que te guste, en algo que te agrade y concéntrate.

Respira despacio y profundo.

Luego piensa en ti, escúchate. Este ejercicio sencillo es muy relajante.

¿Cuántas veces has querido escapar de tu rutina diaria, tener un momento de paz y tranquilidad?

Tener un momento para concentrarte, verte a ti mismo, y hablarte, comunicarte con tu interior.

Tú puedes hacerlo, algunas veces puedes ir de vacaciones, o tomar un retiro.

Pero muchas veces no tenemos tiempo para hacer eso y necesitamos un momento en nuestra rutina diaria para escuchar nuestra voz interior.

Adelante Amigo… para ya de tanta presión, de tantos sueños sin sentido, adéntrate en tu mundo interior, encontrarás allí grandes secretos que permitirán que tu vida sea más feliz…

No vivas la vida sólo en el exterior, allí dentro de tu corazón mora una gran Verdad.. y sólo te será revelada cuando tu decidas entrar…

No lo pienses más.. deja el temor… ¿temor a qué? ¿qué temes perder?

¡¡NADA!! Porque nada nos pertenece… todo aquí es temporal… busca lo eterno Amigo…

Busca esa esencia que nos lleva hacia el infinito.

En cualquier momento llegará tu fin…

¿Y qué hiciste con tu vida? ¿Sólo acumular más y más cosas? Sólo lo que hayas cultivado espiritualmente…

¡Sólo lo que hay en tu corazón, permanecerá contigo por siempre!

Autor desconocido

martes, 3 de octubre de 2017

Yo, estoy aprendiendo...

Yo estoy aprendiendo a aceptar a las personas, aún cuando ellas me defrauden, aún cuando se salgan del ideal que yo tengo de ellas, y aún cuando ellas me hieran con palabras ásperas o acciones irreflexivas.

Es difícil de aceptar a las personas así como ellas son, y no como yo quiero que sean. Es difícil, muy difícil, pero estoy aprendiendo, porque yo estoy aprendiendo a AMAR

Yo estoy aprendiendo a escuchar. Para escuchar con los ojos, con los oídos, con el alma, y con todos los sentidos, lo que dice el corazón, lo que dicen los hombros caídos, los ojos tristes, y las manos inquietas. Para escuchar el mensaje que esconden las palabras, para descubrir la angustia guardada, la inseguridad enmascarada, y la soledad encubierta. Para penetrar en la sonrisa falsa, la felicidad simulada, y la adulación exagerada. Para descubrir el dolor de cada corazón, para descifrar el porqué de las lágrimas. Poco a poco, yo estoy aprendiendo a amar.

Yo estoy aprendiendo a perdonar, porque el amor perdona, limpia las heridas, y borra las cicatrices que la incomprensión e inseguridad grabaron en mi corazón herido. El amor alivia la herida que dejaron los pensamientos dolorosos, y no cultiva las ofensas con piedades y autocompasión. El amor perdona, da alivio, y extingue todo el dolor en el corazón.

Yo, paso a paso, estoy aprendiendo a perdonar y a amar. Yo estoy aprendiendo a descubrir el valor dentro de cada vida. Estoy aprendiendo que el afecto y la aceptación, son necesarias para soportar las experiencias duras vividas a lo largo de los años.

Yo estoy aprendiendo a ver el alma de las personas, y las posibilidades que Dios les dio. Yo estoy aprendiendo, aunque tropezando, yo estoy aprendiendo. Estoy aprendiendo a poner de lado mis propios dolores, mis intereses, mi ambición y mi orgullo, cuando éstos impiden el bienestar y la felicidad de alguien.

¡Pero, cómo es de lento aprender!, y ¡cómo es de difícil amar!. Aún así, yo estoy aprendiendo a AMAR.

¿Y tú, ya sabes AMAR?

Desconozco a su autor

viernes, 29 de septiembre de 2017

El diálogo desata los nudos, disipa las suspicacias,
abre las puertas, soluciona los conflictos,
engrandece la persona, es vínculo de unidad y
“madre” de la fraternidad.

Comprendamos que nuestras desinteligencias
se deben, casi siempre, a la falta de diálogo.

Comprendamos que el diálogo no es una discusión
ni un debate de ideas, sino una búsqueda
de la verdad entre dos o más personas.

Comprendamos que mutuamente nos necesitamos
y nos complementamos porque tenemos para dar
y necesitamos recibir, ya que yo puedo ver
lo que los otros no ven y ellos
pueden ver lo que yo no veo.

Cuando aparezca la tensión, tengamos la humildad
para no querer imponer nuestra verdad
atacando la verdad del hermano;
de saber esperara que el otro acabe
de expresar por completo su verdad.

Tengamos sabiduría para comprender
que ningún ser humano es capaz de captar
enteramente la verdad, y que no existe error
o desatino que no tenga alguna parte de verdad.

Tengamos sensatez para reconocer que también
yo puedo estar equivocado en algún
aspecto de la verdad, y para dejarme enriquecer
con la verdad del otro.

Tengamos, en fin, la generosidad para pensar
que también el otro busca honestamente la verdad,
y para mirar sin prejuicios y con benevolencia
las opiniones ajenas.

Fuente:
Elixires para el alma

jueves, 28 de septiembre de 2017

Hay días o incluso temporadas más largas en las que te entran las dudas, no te convence nada de lo que haces y, peor aún, no te apetece hacer nada. Con lo cual vas posponiendo cosas, se te acumula el trabajo y te sientes peor todavía. Seguro que sabes a qué me refiero porque nos ha pasado a todas en un momento u otro.

Las razones de que te sientas así pueden ser varias: ver que no avanzas o que tu trabajo no da sus frutos, estar agotada tras trabajar muy duro mucho tiempo (¡necesitas unas vacaciones!), haber vivido algún acontecimiento negativo en tu vida, etc.

Sea la razón que sea, la verdad es que son momentos difíciles de los que es mejor salir cuanto antes porque no te benefician ni a nivel personal ni, por supuesto, profesionalmente; ya que no le dedicas a tu trabajo o negocio las ganas que deberías. ¿Qué puedes hacer entonces en esta situación? A mi personalmente me ha ayudado:

Ser paciente conmigo misma. En momentos así lo mejor es intentar no ser muy dura contigo misma, dejar de criticarte pensando que deberías estar haciendo esto o lo otro. Aceptar que es una etapa que pasará y que no estás haciendo nada malo. Todos somos humanos y nadie puede rendir al 100% todos los días de su vida.

Desconectar totalmente. Sí, aunque parezca contraproducente, a veces lo que necesitas es desconectar para volver a recuperar las ganas. Tanto si la causa es que has estado trabajando demasiado como si es otra, tomarte unos días libres te ayudará a recargar las pilas. Así que no hagas nada de nada, tírate en el sofá, ve una maratón de series o, si eres más activa, haz ejercicio, ve a dar paseos. Diviértete y durante un par de días al menos no pienses en nada más. Esto hace maravillas, de verdad.

Recuerda tu gran porqué. Yo creo que esto lo repito en todos mis artículos, tienes que tener una razón que sea tu punto de apoyo cuando las cosas no vayan bien y este es exactamente el momento de recordar por qué te metiste en esto.

Aparte de eso, lo que quiero que tengas en cuenta es que lo importante no es sólo cómo salir de ese estado de apatía y cansancio, sino cómo evitar que vuelva a pasar. Está claro que hay cosas que no puedes controlar, pero hay muchas que sí; así que si quieres evitar volver a ese punto de agotamiento, desánimo y desmotivación, apunta:

– Ten clara tu estrategia. Cada cierto tiempo párate a definir qué quieres profesionalmente (y personalmente también) y qué acciones necesitas llevar a cabo, para que si hay otro momento de bajón no tengas que plantearte qué hacer después, sino seguir tu propio plan. Porque no siempre estás para pensar en estrategias, ¿verdad?

– Descansa. Lo mismo que mencioné antes, pero esta vez no para recuperarte sino para prevenir. Es obvio, sí, pero ¿lo haces? Oblígate si es necesario a desconectar a menudo, tómate días libres y si ya los tienes aprovéchalos para desconectar del todo. No hagas nada relacionado con tu negocio o trabajo. No tiene sentido que te pases el fin de semana conectada a las redes sociales o adelantando trabajo, eso no es descansar. Igual que todos los días te lavas los dientes (o deberías ; ), planifica tiempo de desconexión. Semanal, anual, diario y lo tienes que respetar tu misma y hasta ponerlo en tu agenda si es necesario.

Por ejemplo, yo todos los días antes de sentarme a trabajar me reservo 30 minutos para mi, que aprovecho para hacer cosas no relacionadas con mi negocio: llevo a mi hijo al cole, desayuno tranquilamente, leo un rato, ordeno la casa, lo que sea. Así me levanto con ganas porque sé que antes de trabajar tengo mi ratito.

Empieza a pensar en sacar ratitos para ti a diario, semanalmente o anualmente (a mi nadie me quita mis vacaciones de Navidad, verano y semana santa). Descansar y desconectar es imprescindible para tu salud mental.

– Pon límites. Esto también lo he nombrado innumerables veces. En muchas ocasiones lo que pasa es que das demasiado, cedes demasiado, tienes que conocer tus límites y aplicarlos. Eso te hará todo más llevadero.

Como siempre, poner en práctica esto muchas veces no es fácil. Sobre todo cuando tienes mucho trabajo, una profesión muy exigente o cuando te apasiona lo que haces y te resulta difícil desconectar (como me pasa a mi) y parece que te da algo si no miras tu correo una vez más, pero la recompensa merece mucho la pena.

Así que, ¿por dónde vas a empezar tú? Cuéntame en los comentarios que tres actividades vas a planificarte empezando hoy mismo, sé específica ya sabes que lo general no te ayuda mucho.

Dra. Aida Baida Gil

miércoles, 27 de septiembre de 2017

Si sientes que la vida no tiene sentido, que los problemas te están acabando, memoriza esta parábola:

“Un pájaro que vivía resignado en un árbol podrido en medio del pantano, se había acostumbrado a estar ahí, comía gusanos del fango y se hallaba siempre sucio por el pestilente lodo.
Sus alas estaban inutilizadas por el peso de la mugre, hasta que cierto día un gran ventarrón destruyó su guarida; el árbol podrido fue tragado por el cieno y el se dio cuenta de que iba a morir.
En un deseo repentino de salvarse, comenzó a aletear con fuerza para emprender el vuelo, le costó mucho trabajo porque había olvidado como volar, pero enfrentó el dolor del entumecimiento hasta que logró levantarse y cruzar el ancho cielo, llegando finalmente a un bosque fértil y hermoso.”

Los problemas son como el ventarrón que ha destruido tu guarida y te están obligando a elevar el vuelo o a morir.

Nunca es tarde. No importa lo que se haya vivido, no importan los errores que se hayan cometido, no importa las oportunidades que se hayan dejado pasar, no importa la edad, siempre estamos a tiempo para decir BASTA!!, para oír el llamado que tenemos de buscar la perfección, para sacudirnos el cieno y volar ALTO y muy lejos del pantano.

Abandona la vía segura y cómoda. Lánzate a la ruta incierta, llena de enigmas e inseguridades y hazlo solitariamente

Desconozco a su autor

martes, 26 de septiembre de 2017

La vida de una persona soberbia es muy mala, pero especialmente estar y vivir cerca de ellos no es bueno para la salud. Si tienes a una persona así cerca de ti, es mejor alejarla o ayudarla a que vea su error, pues no le hacen bien a nadie. Tanto lo uno como lo otro seguramente será muy difícil, alejarle porque pensará que le debes algo, y querrá seguir teniendo esa “suerte” en la vida. Hacerle ver su error será igualmente complicado, porque precisamente su falta de humildad le cegará. En cualquier caso, vivir con alguien así es nocivo para la salud.

Una persona agradecida es la que muchas veces lo ha perdido todo y aún sigue feliz de haber contado con el amor de las personas que le conocieron, pues aún en su mismísima situación sigue tan humilde como cuando era una persona con una situación envidiable.

La verdad es que no se necesita mucho para ser una buena persona. Ni aún siendo afortunados en la vida hace falta mucho para ser buenas personas. Sólo hace falta seguir siendo personas sencillas, con valores, que llora cuando alguien sufre, que sentimos cuando alguien se nos va, que cuando llega los éxitos no deja de ser humilde… Seguro que con ello tenemos un trozo de cielo ganado, o al menos, tendremos los ojos de Dios cerca de nosotros…

Aprendamos a vivir con lo que tenemos, y seamos buenos con quien tiene menos que nosotros.

Seamos humildes, y no nos permitamos alardear de lo que la vida nos ha dado.

Desconozco a su autor

lunes, 25 de septiembre de 2017

Decimos que “Errar es humano” y somos humanos.

¿Porqué acusarnos entonces de aquello que consideramos que hemos hecho de manera equivocada.?

Justamente es allí donde está la enseñanza.

Si podemos ver nuestro error, es que hemos podido tomar en cuenta el hecho de las consecuencias que emanan de él.

Entonces, lo lógico es quitarnos el complejo de culpa y ver con alegría el aprendizaje que nos dejó.

Si lo vemos desde otro punto de vista, el no equivocarnos hubiera sido acertar con la decisión justa, en el momento preciso.

El pasado es pasado y no vuelve, no hay corrección al respecto.

Entonces vivamos el presente con la alegría correspondiente a hoy, porque sabemos que si en algún momento se nos presenta algo similar, ya no va a ser acertar a tientas ni a ciegas, sino dar con lo justo por experiencia propia.

Si sabemos recoger las enseñanzas no hay motivos de sentirnos culpables.
De eso se trata la vida… es una conexión continua de enseñanzas y aprendizajes.

Entonces desterramos la palabra error y con ella el complejo de culpa y tomamos a aquello que tanto nos marcó como la enseñanza maestra oportuna.

Esto nos lleva derechito al perdón.

Perdónate a ti mismo, por haberte culpado!

No juzgar y perdonar. empiezan por no juzgarte y perdonarte.

Desconozco a su autor

viernes, 22 de septiembre de 2017

Durante el verano la familia se iba casi todos los días a la playa, y a diario los niños veían a una viejecita que buscaba algo en la arena. Le fueron tomando confianza pero ella sólo les regalaba una sonrisa.

Los papás se sintieron un poco molestos porque no les inspiraba confianza. Hasta que un buen día la viejecita dejó de ir a la playa y recién se descubrió que la mujer, en un intento de hacer algo que valiese la pena, recogía restos de vidrios para que los niños no se cortasen y pudiesen corretear felices.

Hay muchas maneras de sentir la alegría y la felicidad. La mejor felicidad no es el reconocimiento, sino el bien que generosamente hagas, aunque los demás no se den cuenta.

La mejor felicidad es hacer el bien por el bien mismo. No es la que cobras y te pagan al día, sino la que los demás ignoran pero tu corazón reconoce.

La mejor felicidad no es la que se publica en las primeras páginas, sino la que tú escribes en las páginas de tu corazón. La mejor felicidad es fruto de aquella bondad que nadie conoce hasta que sienten su falta.

Hay muchos que buscan nada más que las alabanzas de los demás. Ellos nunca sienten felicidad por lo que hacen, se alegran por lo que reciben.

Tu mejor inversión es la que nunca vas a cobrar de los niños que juegan en la playa. Sentirte feliz por lo que haces ya es suficiente recompensa.

¿Por qué esperar siempre a que los demás cumplan con su deber para que tú puedas hacer el bien ahora mismo? ¿Por qué tener que institucionalizar siempre el hacer el bien? Esto le toca a aquel y esto le toca al otro.

La bondad es algo más que cumplir con las instituciones. Es fruto del corazón que está siempre por encima de todo.

¿Por qué para hacer un favor debo esperar a que tú me lo hayas pedido?

Con la bondad no se trafica. No se compra ni se vende.

El día que no tengas nada que hacer vete a la playa y recoge lo que puede ser un peligro para los demás. Luego, date un fresco baño, verás qué rica te sabe el agua lavando el sudor de tu generoso servicio.

Clemente Sobrado

jueves, 21 de septiembre de 2017

En el silencio de mi reflexión percibo todo mi mundo interno como si fuera una semilla, de alguna manera pequeña e insignificante pero también pletórica de potencialidades.

…Y veo en sus entrañas el germen de un árbol magnífico, el árbol de mi propia vida en proceso de desarrollo.

En su pequeñez, cada semilla contiene el espíritu del árbol que será después. Cada semilla sabe cómo transformarse en árbol, cayendo en tierra fértil, absorbiendo los jugos que la alimentan, expandiendo las ramas y el follaje, llenándose de flores y de frutos, para poder dar lo que tienen que dar.

Cada semilla sabe cómo llegar a ser árbol. Y tantas son las semillas como son los sueños secretos.

Dentro de nosotros, innumerables sueños esperan el tiempo de germinar, echar raíces y darse a luz, morir como semillas… para convertirse en árboles.

Árboles magníficos y orgullosos que a su vez nos digan, en su solidez, que oigamos nuestra voz interior, que escuchemos la sabiduría de nuestros sueños semilla.

Ellos, los sueños, indican el camino con símbolos y señales de toda clase, en cada hecho, en cada momento, entre las cosas y entre las personas, en los dolores y en los placeres, en los triunfos y en los fracasos.

Lo soñado nos enseña, dormidos o despiertos, a vernos, a escucharnos, a darnos cuenta. Nos muestra el rumbo en presentimientos huidizos o en relámpagos de lucidez enceguecedora.

Y así crecemos, nos desarrollamos, evolucionamos…

Y un día, mientras transitamos este eterno presente que llamamos vida, las semillas de nuestros sueños se transformarán en árboles, y desplegarán sus ramas que, como alas gigantescas, cruzarán el cielo, uniendo en un solo trazo nuestro pasado y nuestro futuro.

Nada hay que temer, …una sabiduría interior las acompaña… porque cada semilla sabe…. cómo llegar a ser árbol…

Jorge Bucay

miércoles, 20 de septiembre de 2017

Un ejército pacifico y unido que crea en el valor de las pequeñas cosas. Gente que construya la historia y no se deje arrastrar por los acontecimientos.

Más corazones desarmados, en un mundo lleno de guerras. Almas magnánimas en una sociedad interesada.

Espíritus fuertes para un siglo de mediocridades. Más trabajadores y menos personas que critiquen.

Más ciudadanos que digan:”Voy a tratar de hacer algo”, y menos que se contenten con:”Es imposible”.

Un número mayor de audaces que se lancen al fondo del problema para resolverlo y un número menor de fatalistas acomodados en la omisión.

Más amigos que se arremanguen con nosotros, y menos demoledores que apunten solo defectos.

Más gente que almacene esperanza, y menos frustrados que acarreen toneladas de desánimos.

Más personalidades que perseveren y menos colegas que comienzan y nunca acaban. Más rostros sonrientes y menos frentes nubladas.

Más compañeros bien asentados en la realidad y menos soñadores pendientes de las ilusiones pasajeras.

Necesitamos con urgencia, sin falta:

Un mundo en manos bienhechoras encendiendo una luz, para iluminar el pesimismo de la multitud. Un fósforo, en la mano…. Pequeño, ¡pero tan importante…Pequeño, insignificante, ¡pero como ilumina disipando la oscuridad!

Roque Schneider

jueves, 14 de septiembre de 2017

Muchas veces nuestra infelicidad la originamos nosotros mismos por no controlar nuestros impulsos y temores. La cólera es muy poderosa, la mayoría de las veces nos gobierna y nos hace cometer errores de los que luego nos arrepentimos.

Por eso te invito a meditar, a encontrar una manera de recordarte que debes aprender a mantener la calma para que tu hígado no hable por ti, para que no lastimes a las personas que amas y te aman. 

Presta atención a esta historias:

La historia dice que hace algún tiempo un hombre castigó a su hija de 5 años de edad por desperdiciar un rollo de papel dorado para envolver que era muy caro. El dinero estaba escaso y él se enojó aun más cuando la niña pegó el papel dorado para decorar un caja y ponerla debajo del árbol de Navidad. Sin embargo, la niñita le trajo la caja de regalo a su padre la mañana siguiente y le dijo: "Esto es para ti, papito".
El padre estaba avergonzado por su anterior reacción exagerada, pero su enojo apareció de nuevo cuando encontró que la caja estaba vacía.
Le habló a su hija de una manera recia: "¿No sabes, jovencita, que cuando das un regalo a alguien, se supone que debe haber algo dentro del paquete?".
La niñita lo miró con lágrimas en sus ojos y le dijo: "Oh, papito, no está vacía. Le puse besitos hasta que se llenó"...
El padre estaba deshecho. Cayó de rodillas y abrazó a su pequeña hija, y le rogó que lo perdonara por su enojo innecesario.


No hay que lastimarnos, no hay que dejar que nuestro hígado estropee las cosas, incluso cuando creemos tener motivos para el enojo, el perdón es profundamente liberador.

Asegúrate de no sobreactuar cuando alguien te lastime, asegúrate de no estar exagerando tu reacción, y en la medida de loa posible, a migo mío, respira, contén tus ganas de explotar, vence a la rabia y sigue por el camino de tu felicidad.

Ánimo, que tengas un estupendo día, recuerda que tú puedes y debes ser feliz.

Fuente: Motivalia

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Nadie alcanza la meta con un solo intento, ni perfecciona la vida con una sola rectificación, ni alcanza altura con un solo vuelo.
Nadie camina la vida sin haber pisado en falso muchas veces.
Nadie recoge cosecha sin probar muchos sabores, enterrar muchas semillas y abonar mucha tierra.
Nadie mira la vida sin acobardarse en muchas ocasiones, ni se mete en el barco sin temerle a la tempestad, ni llega a puerto sin remar muchas veces.
Nadie siente el amor sin probar sus lágrimas, ni recoge rosas sin sentir sus espinas.
Nadie hace obras sin martillar sobre su edificio, ni cultiva amistad sin renunciar a sí mismo.
Nadie llega a la otra orilla sin haber ido haciendo puentes para pasar.
Nadie deja el alma lustrosa sin el pulimento diario de la vida.
Nadie puede juzgar sin conocer primero su propia debilidad.
Nadie consigue su ideal sin haber pensado muchas veces que perseguía un imposible.
Nadie conoce la oportunidad hasta que ésta pasa por su lado y la deja ir.
Nadie encuentra el pozo del placer hasta caminar por la sed del desierto.
Nadie deja de llegar, cuando se tiene la claridad de un don, el crecimiento de su voluntad, la abundancia de la vida, el poder para realizarse y el impulso de sí mismo.
Nadie deja de arder con fuego dentro sin antes saber lo que es el calor de la amistad.
Nadie deja de llegar cuando de verdad se lo propone.
Si sacas todo lo que tienes y confías en ti, ¡esfuérzate! porque...
¡¡¡Vas a llegar!!!.

Desconozco a su autor


martes, 12 de septiembre de 2017

Una de las cosas que admiro de los antiguos griegos es esa capacidad que tenían para reírsede ellos mismos, Eurípides o Aristófenes, por ejemplo, aprovechaban el humor para mostrar la verdadera naturalezade la sociedad griega, sus vicios, sus defectos, los errores de sus dirigentes, en fin.

No es poca cosa, no en vano llegaron tan adelante en el desarrollo de sus pensadores, de su cultura.
Y lo comento porque considero que una de las cosas más importantes que debemos hacer para crecer como personas es precisamente eso, poder reírnos de quiénes somos.

Me explico, asumir lo que tú eres en realidad, sin angustiarte, sin acomplejarte, sin buscar "maquillarte" sino más bien aceptarte, es el paso inicial para superarte.

Aceptarnos no significa resignarnos ante nuestros defectos, aceptarnos significa sentirnos a gusto como seres humanos, entendiendo que como tales, tenemos defectos y aspectos no tan agradables, pero que podemos y debemos trabajar constantemente para superarlos.

Todos los días de tu vida puedes superarte, todos los días de tu vida puedes ser mejor, todas las mañanas puedes mirarte ante el espejo y decirte: eres un renegón, cálmate un poco; no seas tan flojo, vamos, ponle ganas; estás muy subido de peso, tienes que ejercitarte... y reírte, hacer una broma sobre ti mismo, porque no importa la situación en la que te encuentres, siempre la puedes transformar y hacerla mejor de lo que está.

Ánimo, hoy tiene que ser un día memorable, el mejor, tú puedes y mereces ser feliz.

Fuente: Motivalia

lunes, 11 de septiembre de 2017

La vida es tan grande y tan pequeña a la vez, que si tú quisieras de ella harías un mundo de ilusiones, que con el tiempo alcanzaría grandes propósitos impuestos por ti mismo.

Es tan pequeña cuando no hay interés, ni cuidados, ni amor por ella misma.

Un descuido lamentable y todo acaba, dejando apagar esa flama que fue ardiente por solo una desilusión; siendo que se tenían tantas ilusiones.

Como aquel grano que un día comenzó a germinar, que fue cuidado con amor, deseos de prosperidad y que creció, dio alegría, sombra, refugio, fruto, semilla y esperanza de un andar, un seguir, un continuar, así la vida sigue si se lo permitimos.

Hay cosas inexplicables que nos suceden, pero todo tiene un fin y una explicación lógica, solo debes utilizar un poco mas de tu misma vida y tu tiempo para encontrarla y aprender de ella sin perder oportunidad.

Recuerda, "Lo que cuesta, que valga".

Esta vida no termina, eres luz y vida. Y esa vida crecerá según como hayas dejado huella, así como eres ejemplo de vida debes darlo también no solo procreando.

Entrégate dando lo mejor de ti, eres vital para que ella continúe.

No desfallezcas, los grandes logros comenzaron muy pequeños, pero tuvieron aliento de alguien con esperanza que no sosegó, que no dejó de tener fe y que anteponiéndose aún a las adversidades han sido realizados.

Cuando tropieces, cuando sientas desfallecer o cuando creas que todo a terminado; voltea un poco hacia atrás, voltea a tu alrededor y recuerda todos tus proyectos.

Ve el ejemplo de vida en los demás seres, fíjate en todo, pero principalmente en lo positivo y agradece a Dios un minuto más de vida, agradece esa oportunidad mas y el criterio que te ha formado para ver las cosas de la mejor manera.

¡¡Siente tu vida y da vida!!.

Desconozco a su autor

sábado, 9 de septiembre de 2017

Vivir, es vibrar a cada instante, ante la emoción de percibir
la maravilla de la creación que nos rodea.

Vivir, es entender que cada minuto que transcurre no volverá.

Es atraparlo intensamente, porque forma parte del tiempo,
que sabemos ha quedado en el ayer.

Vivir, es saber dar lo mejor de nosotros, es vibrar en la bondad,
y llevar a su máxima expresión, nuestra capacidad de ser.

Vivir, es gozar los momentos bellos
y desafiarse a sí mismo ante las adversidades.

Vivir, es aprender más cada día, es evolucionar y cambiar
para hacer de nosotros un ser mejor que ayer,
un ser que justifica su existir.

Vivir, es amar intensamente a través de una caricia,
es escuchar en silencio la palabra del ser amado.

Es perdonar sin réplica una ofensa es aspirar la presencia del otro,
es besar con pasión a quien nos ama.

Vivir, es contemplar apaciblemente, la alegría de un niño,
escuchar al adolescente aceptando sus inquietudes sin protestar.
acompañar con gratitud la ancianidad en su soledad.

Vivir, es comprender al amigo ante la adversidad y aunque
se tenga mil argumentos para contradecirlo o justificarlo,
finalmente sólo escucharlo, es tener la capacidad de
regocijarme ante sus triunfos y su realización.

Vivir, es sentir que nuestro existir no fue en vano
y en la medida en que nos atrevamos a dar lo mejor de nosotros
en cada momento, logremos manifestar
la grandeza de nuestra alma para amar.

Vivir, es permanecer en paz ante la presencia de Dios,
contemplando en silencio la inmensidad de su Ser.

Vivir, es vibrar y sentir, es amar y gozar,
es observar y superar, es dar y aceptar,
es ser y permanecer, es comprender que nuestro tiempo
es lo único que poseemos para realizar plenamente nuestro ser.

Desconozco a su autor

jueves, 7 de septiembre de 2017

Imagina cómo sería la vida si no hubiese nada que pudiese deprimirte. Piensa en todo lo que podrías lograr si no existiesen las distracciones que te hacen perder el rumbo. Considera cuán efectivas podrían ser tus respuestas, si pudieses ver las oportunidades que existen en cada situación para luego valerte de ellas y hacerlas realidad.

Imagínate siendo una persona tranquila, serena y enfocada a pesar de la confusión que te rodea. Siente la fuerza que provendría de tener la capacidad de, simplemente, aceptar cada instante tal cual viene en lugar de luchar en su contra. Piensa en lo maravilloso que sería no disgustarte jamás.

¡Qué forma de vida tan llena de energía! ¡Qué manera tan efectiva de trabajar! Y todo eso es posible, aquí y ahora.

Nada puede deprimirte, a menos que tú lo permitas. Nada puede distraerte, a menos que tú aceptes que así sea. Las oportunidades siempre están allí, para que tú las descubras y les des vida. No hay motivos para que te sientas molesto ni irritado, a menos que tú así lo decidas. Tienes la capacidad de hacer que la vida resulte estupenda.

Imagina cuán maravilloso sería utilizar cada instante con sentido y enfocado en positivo. Imagínalo. Date cuenta de que así puede ser. Y haz que así sea, ahora mismo.

Desconozco a su autor

miércoles, 6 de septiembre de 2017

Nunca te quejes de nadie, ni de nada, porque fundamentalmente tú has hecho lo que querías en tu vida.

Acepta la dificultad de edificarte a ti mismo y el valor de empezar corrigiéndote. El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas de su error.

Nunca te quejes de tu soledad o de tu suerte, enfréntala con valor y acéptala. De una manera u otra es el resultado de tus actos.

No te amargues por tu propio fracaso ni se lo cargues a otro. acéptate ahora o seguirás justificándote como un niño. Cualquier momento es bueno para comenzar, y ninguno es tan terrible como para claudicar.

No olvides que la causa de tu presente es tu pasado, así como la causa de tu futuro será tu presente.

Aprende de los audaces, de los fuertes, de quien no acepta situaciones. Piensa menos en tus problemas y más en tu labor, y éstos desaparecerán.

Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande que el más grande de los obstáculos, mírate en el espejo de ti mismo y serás libre y fuerte y dejaras de ser un títere de las circunstancias. Porque tú mismo eres tu destino.

Levántate y mira el sol por las mañanas y respira la luz del amanecer. Tú eres parte de la fuerza de tu vida, ahora despiértate. lucha, camina, decídete y triunfarás en la vida; nunca pienses en la suerte, porque la suerte es el pretexto de los fracasados.

Atribuido a Pablo Neruda

martes, 5 de septiembre de 2017

Toma una sonrisa, 
regálala a quien nunca la ha tenido.

Toma un rayo de sol, 
hazlo volar allá en donde reina la noche.

Descubre una fuente, 
haz bañar a quien vive en el barro.

Toma una lágrima, 
ponla en el rostro de quien nunca ha llorado.

Toma la valentía, 
ponla en el ánimo de quien no sabe luchar.

Descubre la vida, 
nárrala a quien no sabe entenderla.

Toma la esperanza, y vive en su luz.

Toma la bondad, y dónala a quien no sabe donar.

Descubre el amor, y hazlo conocer al mundo.

Mahatma Gandhi


lunes, 4 de septiembre de 2017

Sentarse a pensar en la vida es una cosa que es difícil para mucha gente, pero el no hacerlo es peor. Muchas veces entramos a ciclos en la vida en los cuales nos enfrascamos en la cotidianidad. No hace mucho alguien cercano a mi me dijo que la vida que esta viviendo se siente sin propósito, sin metas. Me dolió bastante escuchar eso, no solamente porque es una persona cercana a mi, pero porque es algo triste vivir una vida sin propósito.

La vida es una cosa muy bella, pero solamente si la tratamos como el regalo precioso que es. A veces vemos las cosas de una manera en la cual nos dejamos llevar por los sentimientos derrotistas, y dejamos de luchar por vivir. Luchar por vivir siendo mas importante que luchando por la felicidad. Es muy importante saber que los momentos difíciles y tristes son también partes necesarias de la vida. La vida es un camino en el cual es mas importante como lo recorremos que para donde vamos.

Tener metas en la vida es importante, pero hay que tener metas que al fin de cuentas uno pueda estar orgulloso de ellas. No solamente de las metas pero como se alcanzan. Si hoy yo te preguntara cuales son las metas en tu vida y si estas orgulloso de lo que estas haciendo para alcanzarlas que me dirías?

En este ultimo ano he estado rodeado de muerte. Aunque me han dejado el corazón en un estado critico porque se siente como si a una bomba (globo) le hubieran sacado el aire, también me han dado la oportunidad de mirar a la vida por lo bella que es. Celebrar los logros de las personal que ya no están con nosotros es mejor que llorar lagrimas porque nos hacen falta. Como humano quiero contribuir al mundo. Antes pensaba que tratar de hacer a la gente feliz era lo mas importante, ahora creo que en realidad lo mas efectivo es ser lo que uno es y esperar que la demás gente lo acepte a uno y comparta no solamente risas pero también lagrimas. Lagrimas de desahogo te llenan mucho mas que sonrisas forzadas. Hoy, sonríe, llora, comparte con alguien al que tu quieras y veras que esta vida es en realidad hermosa.

Desconozco a su autor


viernes, 1 de septiembre de 2017

El amor es cuando no puedes estar aparte de ese alguien por mucho tiempo… siempre estás pensando acerca de esa persona, y cuando estás con esa persona nunca quieres decir adiós.

El amor está lejos de ser simple. Es absolutamente complejo. Es una mezcla de todo. Es tristeza, alegría, pasión, odio, entusiasmo; es casi cada sentimiento que puedes imaginarte y más.

El amor crece y se fortalece con el tiempo; si lo encuentras de verdad, atesóralo, porque si lo pierdes tal vez no lo vuelvas a encontrar. Ten cuidado y no te engañes, que el verdadero amor nunca te va a dañar, vive dentro de nosotros pero no decide a quien amar, cuando llegué su momento, te lo dirá. Tal vez sufras en el camino pues nadie digo que sería fácil, pero si no te das por vencido, serás bendecido; al final todo el esfuerzo valdrá la pena. Finalmente tú y tu corazón felices serán, por encontrar a esa persona que de ella su corazón recibirás, al igual que el tuyo le darás.

Sabes que es amor cuando lo encuentras, es esa persona que cuando te sonríe aclara el día, no puedes parar de mirarla fijamente por miedo a perderla, está siempre en tu mente, sueñas despierto con estar a su lado, incluso si está a menos de 20 pies de ti… y no puedes soportar cuando no está contigo, el peor sentimiento que podrías sentir es cuando sabes que la persona que amas no está contigo… no puedes decir cuándo sucederá el amor, sólo lo sabes cuándo sucede, ese momento cuando pones por primera vez tus ojos en esa persona, y nunca quieres mirar para otro lado… eso es amor. Nada menos.

El amor no es siempre perfecto.
No es un cuento de hadas o un libro de cuentos. Y no siempre viene fácil.

El amor es superar obstáculos, tomando desafíos, luchando por estar juntos, sujetándolo y nunca dejándolo ir. Es una palabra corta, fácil de decir, difícil de definir e imposible de vivir si él.
El amor es trabajo, pero sobre todo, el amor es darse cuenta de que cada hora, cada minuto y cada segundo valió la pena porque lo haces con la persona amada.

Silvano Antonio Rosario Veloz

jueves, 31 de agosto de 2017

En nuestro tránsito por el camino de la vida, conocemos gente todos los días.

A la mayoría la conocemos por casualidad, pero algunos están destinados a cruzarse en nuestro camino.

Se convierten en los amigos especiales y no podemos explicar el lazo que nos une a ellos... los que nos comprenden y comparten nuestras alegrías y nuestras penas .
Su amor no conoce límites,
de modo que aunque nos encontremos alejados,
su presencia sigue cerca de nosotros con una calidez que se siente en el corazón .
Este amor se vuelve el sendero en el que no se cuentan los kilómetros.
Y así, estos amigos destinados
a cruzarse en nuestro camino
permanecen siempre cerca de nosotros.

Desconozco a su autor

miércoles, 30 de agosto de 2017

El mismo fuego no arde dos veces con la misma llama.
El mismo río no corre dos veces con las mismas agua.
El mismo cielo no se cubre dos veces con las mismas nubes.
El mismo rosal no florece dos veces con la misma rosa.
El mismo hombre no ama dos veces con el mismo amor.

No vive dos veces la misma vida.
No elige dos veces con la misma libertad.
No sufre dos veces la misma pena...

¡Tu meta no es repetirte... tu desafío es ser más tú mismo, siendo distinto!

©René Trossero

martes, 29 de agosto de 2017

No tomes a la vida como una carrera. No es la vida una competencia hacia una meta de llegada. Dios no quiere que llegues a El por lógica inercia o con apuros fanáticos. No quiere que al final de la vida digas: "solo se trataba de esto y nada más". No.

La vida es más que la suma de seres vivos, la vida es un tesoro compartido, un brillante tiempo que ilumina al universo mismo en cuanto te ha sido dada, porque allí es donde nace la esperanza, donde hay un soplo de vida cálido, un soplo de eternidad.

La vida es la sonrisa de una madre en el recuerdo, es la palabra y la mirada de nuestro padre, llena de comprensión y misterio que nos habla en algún rincón de la memoria. La vida es saber disfrutar y compartir el cariño inmenso que nos rodea cuando estamos en familia. Lo comprobamos en alguna fiesta, cuando nace un nuevo integrante, cuando se casa un pariente. Los ojos llenos de esperanzas, la piel fresca de alegría. La vida es un abrazo temprano a quienes queremos y un beso sincero en el encuentro.

Cuando aprendas a ver el corazón de las cosas, cuando veas con los ojos del alma la razón de lo que no tiene razón, entonces comprenderás que la vida es más que la suma de sus partes, que es la esencia misma bailando en el espacio, cantando en el viento, mojándote en la lluvia, abrigándote en el silencio de una noche fría frente al fuego. Comprenderás que el otro tiene las mismas inquietudes, los mismos miedos ocultos, que también siente respeto por algo, que alberga culpas que no logra sacar, sonrisas que no puede brindar, ganas de ser querido, ¡tantas cosas! .... tantas.... como también tienes tú.

Verás que el otro es parte de tu vida y tú vives porque hay otro que vive para verte, que aprendiste muchas cosas, porque otro te las enseñó. Tus padres, tu escuela, tus amigos, la vida misma. Comprenderás que la vida es siempre un camino que solo se hace al caminar con la mirada franca y un beso lejano esperándonos en algún horizonte. Sabrás que transitamos por un sendero único e irrepetible porque es la huella que vamos haciendo en el mundo, nuestra marca, nuestra señal, que escribimos en los renglones de un relato compartido. Y tan solo de nosotros depende un verso mejor, una gran alegría, una palabra triste, un momento de olvido o una canción de amor, de nosotros depende elegir la forma de mejorar nuestro rumbo y que cada día sea un canto al sol.

La vida es para aprender a amar y a perdonar, a olvidar cuando debemos olvidar, a recordar cuando debemos recordar. La vida es para ampliar los afectos y reflexionar sobre nuestras vivencias, para que pensemos en los frutos de nuestros actos y veamos claramente, sin ningún tipo de adorno ni justificaciones oportunistas lo que hemos hecho en el tiempo y todavía, si podemos, volver sobre nuestros pasos para cambiar alguna situación.

No ocupes tu tiempo en ver solo el aspecto negativo de las cosas... sueña, imagina, planea una salida, invita a alguien a comer a tu casa, da un abrazo y ríete con las personas que sonríen, ama con las personas que aman, alégrate con quienes te alegren el día, haz las cosas simples porque en los simple brilla una pequeña luz que se hace fantástica e inmensa a los ojos de quien atesora ilusiones.

Nunca hagas o digas algo que resulte demasiado duro a alguien solitario, porque aunque a ti te parezca que en circunstancias normales, cualquiera lo tomaría con naturalidad, una persona solitaria podría verse herida mortalmente, pues su mente y su corazón son más sensibles a las influencias del exterior. Trata de llevarle un motivo de felicidad, un minuto de alegría, un momento de amor y te lo agradecerá infinitamente.

Sabes, la felicidad es pariente de la belleza y la belleza es el rostro de la verdad. Cuando descubrimos una verdad, descubrimos algo bello, y lo bello solo puedo regocijarnos en el alma porque la verdad y la belleza son atributos de Dios. No pienses en aquello de que la verdad es "dura", lo duro, feo o desagradable no es la verdad, eso se llama realidad, la que el ser humano crea todos los días con su insistente capacidad de nombrar y clasificar las cosas. La verdad es otra cosa, la verdad es el motivo de la felicidad y la libertad, porque nos libera de fantasmas y dudas al caminar, porque nos hace bellos si la sabemos cuidar, porque es el final del camino al que hemos de llegar.

La vida es un encuentro entre Dios y tú. Disfruta tu tiempo sabiendo que el pasado y el futuro son instantes de una realidad que se actualiza de acuerdo a tu conciencia, la cual se enciende a cada instante e ilumina lo que toca, lo que ve y hasta lo que niega.

Recuerda que la vida es más que la suma de seres vivos, es un tesoro compartido del cual formas parte. Cuando comprendas esto, llenarás tus pulmones vacíos con un soplo de eternidad y serás uno con la vida, y la vida te sonreirá.

Desconozco a su autor

lunes, 28 de agosto de 2017

Muchas veces depositamos nuestros sentimientos en los corazones de las personas que pasan y las que forman parte de nuestras vidas, dejando gotas de alegría tristeza, sonrisas y lagrimas. A veces nos equivocamos con las personas a las ofrecemos esos sentimientos y eso nos deja una sensación de temor en volver a confiar...

Gotas de sentimientos valoradas y no valoradas, tanto nos cuesta decir te quiero, parece una palabra sumergida en una gran simplicidad, pero llena del calor de los sentimientos. Debemos buscar en nuestros corazones, la solidaridad, respeto, sentido común, ternura, confianza, amor, amistad, son pequeñas gotitas que nos marcan como personas y también a quienes nos rodean.

No importa cuanta veces nos equivoquemos con las personas a quienes le brindamos lo mejor de nosotros, porque mientras esas gotitas sigan fluyendo dentro de nuestro ser, podremos aprender con facilidad a demostrar, hacer sentir sin duda e inseguridad o miedo un te quiero y lo importante que es sentirse querido...

©José Pintos

domingo, 27 de agosto de 2017

Voy andando por un sendero.
Dejo que mis pies me lleven.
Mis ojos se posan en los árboles, en los pájaros, en las piedras.
En el horizonte se recorta la silueta de una ciudad.
Agudizo la mirada para distinguirla bien.
Siento que la ciudad me atrae.
Sin saber cómo, me doy cuenta de que en esta ciudad puedo encontrar todo lo que deseo.
Todas mis metas, mis objetivos y mis logros.
Mis ambiciones y mis sueños están en esa ciudad.
Lo que quiero conseguir, lo que necesito, lo que más me gustaría ser, aquello a lo cual aspiro, lo que intento, por lo que trabajo, lo que siempre ambicioné, aquello que sería el mayor de mis éxitos.
Me imagino que todo eso está en esa ciudad.
Sin dudar, empiezo a caminar hacia ella.
A poco de andar, el sendero se hace cuesta arriba.
Me canso un poco, pero no importa.
Sigo.
Diviso una sombra negra, más adelante, en el camino.
Al acercarme, veo que una enorme zanja me impide mi paso.
Temo... dudo.
Me enoja que mi meta no pueda conseguirse fácilmente.
De todas maneras decido saltar la zanja. Retrocedo, tomo impulso y salto...
Consigo pasarla.
Me repongo y sigo caminando.
Unos metros más adelante, aparece otra zanja.
Vuelvo a tomar carrera y también la salto.
Corro hacia la ciudad: el camino parece despejado.

Me sorprende un abismo que detiene mi camino.
Me detengo. Imposible saltarlo
Veo que a un costado hay maderas, clavos y herramientas.
Me doy cuenta de que está allí para construir un puente.
Nunca he sido hábil con mis manos.
... Pienso en renunciar.
Miro la meta que deseo... y resisto.
Empiezo a construir el puente.
Pasan horas, o días, o meses.
El puente está hecho.
Emocionado, lo cruzo.
Y al llegar al otro lado... descubro el muro.
Un gigantesco muro frío y húmedo rodea la ciudad de mis sueños...
Me siento abatido...
Busco la manera de esquivarlo.
No hay caso.
debo escalarlo.
La ciudad está tan cerca...
No dejaré que el muro impida mi paso.
Me propongo trepar.
Descanso unos minutos y tomo aire...
De pronto veo,
a un costado del camino,
un niño que me mira como si me conociera.
Me sonríe con complicidad.
Soy yo mí mismo... cuando era niño.
Sorprendido, me animo a expresar en voz alta mi queja:

- ¿Por qué tantos obstáculos entre mi objetivo y yo?

Mi niño se encoge de hombros y me contesta:

- ¿Por qué me lo preguntas a mí?

Los obstáculos no estaban antes de que tú llegaras...

Los obstáculos los trajiste tú.

Desconozco a su autor

sábado, 26 de agosto de 2017

El águila se lanza al vacío, extiende sus alas inmensas en busca de la
brisa ascendente lo ELEVE..!!

La mente debe ser ABIERTA a las nuevas corrientes de ideas, de pensamiento:
para ELEVAR el pensar,
para nutrirse de nuevos sueños, nuevas ilusiones que motiven la vida,
que permita abrir nuevos horizontes amplios, claros;
para palpitar siempre con el PRESENTE.

No hacerlo es inmovilizarse, momificarse, no mutar a los cambios, a
las nuevas corrientes.

No cierres tu mente, es como poner una venda a tus ojos para
enfrentar, mirar lo NUEVO.

Si amas el vivir, este te alienta a no cerrar tu mente.., te motiva a
siempre buscar ir a tu fuente inicial.., la de tu niñez.., etapa donde
todo asombra, donde la vida es la alegría de descubrir.

Valmore Vivas
Gotas de agua

viernes, 25 de agosto de 2017

No corras desatinadamente intentando sanar a todos tus amigos.
Haz tu propio trabajo mental y sánate a ti mismo.
Eso será más benéfico que ninguna otra cosa para quienes te rodean.
No podemos hacer que los demás cambien.
Sólo podemos ofrecerles una atmósfera mental positiva donde tengan la posibilidad de cambiar si lo desean.
No es posible hacer el trabajo por otra persona, ni tampoco imponérselo.
Cada persona está aquí para aprender sus propias lecciones, y no les servirá de nada que se las demos resueltas, porque tiene que pasar personalmente por el proceso vital necesario para aprenderlas.

Lo único que podemos hacer por los demás es amarlos y dejar que sean quienes son, saber que su verdad está dentro de ellos, y que cambiarán cuando quieran hacerlo.

©Louise L. Hay

jueves, 24 de agosto de 2017

Cuando tu vida empieza, tienes apenas una pequeña maleta de mano...

A medida en que los años van pasando, el equipaje, va aumentando poco a poco.

Porque existen muchas cosas, que recoges por el camino... porque piensas que ellas, son importantes...

En un determinado punto del camino , comienza a ser insoportable cargar tantas cosas, en verdad pesan demasiado...

Entonces, puedes escoger:

Permanecer sentado a la vera del camino, esperando que alguien te ayude, lo que es muy difícil...

Pues todos los que pasen por allí , ya traerán su propio equipaje. Puedes pasar la vida entera esperando y esperando...

O puedes disminuir el peso, eliminando lo que no te sirva, pero...que tirar???...

Empiezas tirando todo para afuera y viendo lo que tienes dentro...

Amistad...Amor...Amor...Amistad...

Bién!!!, tienes bastante, es curioso... no pesa nada!!!

Mas tienes algo pesado...

Haces un gran esfuerzo , para tirar...

La RABIA – Como pesa!!!

Empiezas a tirar y tirar, y aparecen la INCOMPRENSIÓN, el MIEDO, el PESIMISMO...

En este momento, el DESANIMO casi te empuja hacia dentro de la maleta...

Pero tu, empujas para afuera con toda tu fuerza, y aparece una SONRISA, que estaba sofocada en el fondo de tu equipaje...

Sacas otra sonrisa y otra mas, y entonces sale la FELICIDAD...

Colocas las manos dentro de la maleta y sacas la TRISTEZA...

Ahora, tienes que dejar la PACIENCIA dentro de la maleta, pues vas a necesitar bastante...

Procura entonces , dejar también:

FUERZA, ESPERANZA, CORAJE, ENTUSIASMO, EQUILIBRIO, RESPONSABILIDAD, TOLERANCIA y BUEN HUMOR...

Tira la PREOCUPACIÓN también o déjala de lado, después piensas que hacer con ella..

Bien, tu EQUIPAJE está listo, está para ser usado de nuevo!!!

Mas piensa bien, en lo que vas a colocar dentro, ahora es para ti!!!...

Y no te olvides de hacer esto muchas veces, pues el camino es muy, muy largo por recorrer...

Desconozco su autor

miércoles, 23 de agosto de 2017

Había una vez un hombre que calumnió grandemente a un amigo suyo, todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito que este había alcanzado.

Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus calumnias a ese amigo, y visitó a un hombre muy sabio a quien le dijo:

"Quiero arreglar todo el mal que hice a mi amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?", a lo que el hombre respondió: "Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suelta una donde vayas".

El hombre muy contento por aquello tan fácil tomó el saco lleno de plumas y al cabo de un día las había soltado todas.

Volvió donde el sabio y le dijo: "Ya he terminado", a lo que el sabio contestó: "Esa es la parte más fácil.

Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste. Sal a la calle y búscalas".

El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba y no pudo juntar casi ninguna.

Al volver, el hombre sabio le dijo:

"Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho. Lo único que puedes hacer es pedirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que hiciste".

"Cometer errores es de humanos y de sabios pedir perdón".

Desconozco a su autor

martes, 22 de agosto de 2017

No renuncies...cuando el camino que llevas te parezca cuesta arriba.

Cuando quieras sonreír y sólo suspiras, cuando el tiempo te presiona, descansa si es posible, pero no renuncies.

La vida es clara en sus virajes que muchos soportan y otros esquivan.

Muchas veces la meta está más cerca de lo que parece...

Muchas veces el luchador se da por vencido, cuando está a punto de alcanzar la victoria y aprende, ya tarde que estaba a punto de lograrlo.

Por lo tanto, no abandones la lucha aunque te golpee fuerte.

Cuando las cosas parecen peor, es precisamente cuando no se debe renunciar.

Desconozco a su autor

lunes, 21 de agosto de 2017

Liberarse de todo no es dejar de preocuparse de las otras personas, sino simplemente saber que el otro es otro y que su vida le pertenece.

Liberarse de todo no es cortar mi vínculo con los demás, sino simplemente renunciar a controlarlos.

Liberarse de todo no es tender a la indiferencia o el egoísmo, sino ocuparme de lo que me pertenece.

Liberarse de todo es admitir que no soy todopoderos@ y que el resultado de mis acciones no está en mis manos, (se refiere a las reacciones que producen en los demás).

Liberarse de todo es aceptar la realidad, aún cuando no corresponda a mis deseos.

Liberarse de todo no es lamentarse por el pasado y temer el futuro, sino vivir plenamente, completamente el presente.

Liberarse de todo es temer menos y AMAR más.

"¡La capacidad de liberarse de todo, la capacidad de confiar, de adaptarse positivamente para asumir la responsabilidad de dar sentido a la vida, al instante que pasa, es estar listo para decir SÍ, para aceptar la vida con todo lo que traiga consigo!"

Desconozco a su autor

domingo, 20 de agosto de 2017

¿Te ha pasado que al enfrentarte a una nueva tarea, o a un proyecto que visualizas como “complicado” o a un nuevo reto, tiendes a desalentarte y a desistir demasiado pronto? Si así te ha sucedido, posiblemente estás experimentando el “Síndrome de la autolimitación”. Se conoce así porque es, justamente, un fenómeno que ocurre en tu mente, dependiendo de tu propia percepción, y que pone a prueba todo lo que tu crees de ti mismo.

Muchas personas pierden la batalla sin antes haberla peleado: se dan por vencidos demasiado pronto. Es su mente la que le pone los límites. Es su propia autopercepción, su propia autoimagen lo que se convierte en las barreras –a veces infranqueables—que le drenan de su creatividad y su ímpetu.

Cuando presientas que ese síndrome estás a punto de alcanzarlo, piensa que tú posees un “banco de neuronas” formidable. Y ello lo podrás comprobar ante una crisis, una emergencia o una imperante necesidad. Si realmente lo necesitas, tu mente te proveerá los recursos para lograrlo.

Así que, expande tus límites. No permitas que la programación negativa de que hemos sido objeto por parte del entorno bloquee tu creatividad y tu rendimiento.

Inténtalo. Inténtalo con perseverancia y con decisión. No te autoboicotees. Te aseguro que te sorprenderás de los resultados. Recuerda: “nunca sabrás de lo que eres capaz de lograr, sino hasta que lo intentes”.

Desconozco a su autor

viernes, 18 de agosto de 2017

Un pájaro herido no puede volar, pero un pájaro que se apega a una rama de árbol, tampoco.

¡Deja de apegarte al pasado!

Dice el proverbio hindú:

"El agua se purifica fluyendo; el hombre, avanzando." El mundo está lleno de sufrimiento; la raíz del sufrimiento es el apego; la supresión del sufrimiento significa la eliminación, el abandono de los apegos.

Hay un deseo común, que es el cumplimiento de lo que se cree que va a dar felicidad al yo, al ego. Ese deseo es apego, porque ponemos en él la seguridad, la certeza de la felicidad.

Es el miedo el que nos hace desear la felicidad, y ella no se deja agarrar.

Ella es. Esto sólo lo descubrimos observando, bien despiertos, viendo cuándo nos mueven los miedos y cuándo nuestras motivaciones son reales.

Si nos aferramos a los deseos, es señal de que hay apego.

¿Abandonar los apegos significa apartarse del mundo material?

La respuesta es: ¡No!

Uno usa el mundo material, uno goza el mundo material, pero no debe hacer depender su felicidad del mundo material.

¿Está esto suficientemente claro?

Uno comienza a gozar las cosas cuando está desapegado, porque el apego produce ansiedad. Si estás ansioso cuanto te aferras a algo, difícilmente podrás gozarlo.

Por lo tanto, lo que te propongo no es una renuncia al goce: es una renuncia a la posesividad, a la ansiedad, a la tensión, a la depresión frente a la pérdida de algo.

¿De dónde crees que provienen todos los conflictos?
De los apegos.

¿De dónde crees que proviene el sufrimiento?
De los apegos.

¿De dónde crees que proviene la soledad?
De los apegos.

¿De dónde crees que proviene el vacío?
Tú lo sabes: el origen es el mismo.

¿De dónde crees que provienen los temores?
También de los apegos. Sin apego no hay temor. ¿Lo pensaste alguna vez?

Sin apego no hay temor.

Anthony de Mello

Primero, aclaremos lo que no es el desapego. El desapego no es un alejamiento frío, hostil; no es una aceptación resignada y desesperante de todo aquello que la vida y la gente nos tire en el camino; no es una manera robótica de ir por la vida, absortos, y totalmente indiferentes a la gente y a los problemas; no es una actitud de inocente dicha infantil; ni un desentendimiento de lo que son nuestras verdaderas responsabilidades hacia nosotros mismos y hacia los demás; ni una ruptura en nuestras relaciones. Tampoco es que retiremos nuestro amor y nuestra solicitud, aunque a veces estas formas de desapegarnos pueden ser las mejores a seguir, por el momento.

De una manera ideal, desapegarnos es liberarnos o apartarnos de una persona o de un problema con amor. Mental, emocional y a veces físicamente nos desembarazamos de nuestro involucramiento insano ( y a menudo doloroso ) con la vida y responsabilidades de otra persona, y de los problemas que no podemos resolver, de acuerdo con un manual titulado Desapego que ha circulado durante muchos años en los grupos Al-Anón

El desapego se basa en las premisas de que cada persona es responsable de sí misma, en que no podemos resolver problemas que no nos corresponde solucionar, y que preocuparnos no nos sirve de nada. Adoptamos una política de no meter las manos en las responsabilidades de otras personas y en vez de ello, de atender a las nuestras.

Si la gente se ha fabricado desastres a sí misma, le permitimos enfrentar las consecuencias. Le permitimos a la gente ser como es en realidad. Le damos la libertad de ser responsable y de madurar.

Y nos damos a nosotros mismos la misma libertad. Vivimos nuestra propia vida al máximo de nuestra capacidad. Luchamos para discernir qué es lo que podemos cambiar y qué es lo que no podemos cambiar.

Luego dejamos de tratar de cambiar aquello que no podemos. Hacemos lo que podemos para resolver un problema, y luego dejamos de hacernos la vida de cuadritos.

Si no podemos solucionar un problema después de intentarlo seriamente, aprendemos a vivir con ese problema o a pesar de él. Y tratamos de vivir felices, concentrándonos heroicamente en lo que de bueno tiene la vida hoy, y sintiéndonos agradecidos por ello. Aprendemos la mágica lección de que sacarle el máximo provecho a lo que tenemos multiplica lo bueno en nuestras vidas.

El desapego implica - " vivir el momento presente" - vivir en el aquí y en el ahora -. Permitimos que en la vida las cosas se den por sí solas en lugar de forzarlas y tratar de controlarlas. Renunciamos a los remordimientos por el pasado y a los miedos por el futuro. Sacamos el mayor provecho a cada día.

El desapego también implica aceptar la realidad, los hechos. Requiere fe en nosotros mismos, en Dios, en otras personas, en el orden natural y en el destino de las cosas en este mundo.

Nos liberamos de nuestros pesares y preocupaciones y nos damos a nosotros mismos la libertad para disfrutar de la vida a pesar de nuestros problemas no resueltos.

Confiamos en que todo está bien a pesar de los conflictos. Confiamos en que Alguien más grande que nosotros sabe, ha ordenado y se preocupa de lo que está sucediendo. Entendemos que este Alguien puede hacer mucho más por resolver el problema que nosotros. De modo que tratamos de no estorbar su camino y dejar que Él lo haga.

A su tiempo, sabremos que todo está bien porque vemos cómo las cosas más extrañas ( y a veces , las más dolorosas ) se solucionan de la mejor manera y en beneficio de todos.

Judi Hollis escribió acerca del desapego en una parte de su libro La obesidad es un problema familiar. Ahí ella describe el desapego como "una saludable neutralidad".

Desapegarnos no quiere decir que nada nos importe:

Significa que aprendemos a amar, a preocuparnos y a involucrarnos sin volvernos locos. Dejamos de crear un caos en nuestra mente y en nuestro medio ambiente. Cuando no nos hallamos reaccionando de un modo ansioso y compulsorio, nos volvemos capaces de tomar buenas decisiones acerca de cómo amar a la gente y de cómo solucionar nuestros problemas. Nos liberamos para comprometernos y para amar de modo que podamos ayudar a los demás sin lastimarnos a nosotros mismos.

Las recompensas que el desapego nos brinda son muchas: serenidad, una profunda sensación de paz interior, la capacidad de dar y recibir amor de una manera que nos enaltece y nos llena de energía, y la libertad para encontrar soluciones reales a nuestros problemas.

Encontramos la libertad para vivir nuestra propia vida sin sentimientos excesivos de culpa o responsabilidad hacia los demás. En ocasiones el desapego llega a motivar y a liberar a la gente que se encuentra a nuestro alrededor para empezar a solucionar sus problemas.

Dejamos de mortificarnos por ellos y lo perciben, de modo que finalmente comienzan a preocuparse por ellos mismos. Cada quien atiende sus propios asuntos.

El desapego es una acción y un arte. Es un modo de vida. ¿ Cómo nos desapegamos ? ¿ Cómo separamos nuestras emociones , nuestra mente , espíritu y cuerpo de la agonía del involucramiento ? . Lo mejor que podemos . Y , probablemente, un poco torpemente al principio. Un antiguo dicho de A A y de Al-Anón sugiere una fórmula de tres partes llamada honestamente, abiertamente y con voluntad de intentarlo. Si nos desapegamos, estamos en una mejor posición para trabajar sobre (o a través) de nuestras resentidas emociones.

"Si estamos apegados, probablemente no hagamos nada más que estar siempre irritados."

Tomado del Libro : Ya no seas codependiente
Autora : Melody Beattie
Capítulo 5 : Desapego
Páginas 83- 94

jueves, 17 de agosto de 2017

No te olvides de sonreír pese a todo…
La vida no es fácil para nadie; sin embargo te pido que lo intentes…
Que no te quedes inmerso en esa nube de soledad…
Ni en los vientos de desesperanza…
Baila con tus flaquezas…

Y hazle una mueca a la luna…
Para que estrellitas mágicas caigan y te den la bienvenida.
Así es la vida, con momentos duros, quizás demasiado duros…
Pero en total perfección con las leyes naturales…
Después del dolor… La alegría

Después del llanto… La sonrisa
Después del desamor… El amor

Así que sonríe hasta que el sol aparezca y brille con ganas en tu vida

Desconozco a su autor

miércoles, 16 de agosto de 2017

La inclinación a vincularnos con nuestras heridas, en lugar de dejarlas atrás, hace que experimentemos constantemente la sensación de no ser dignos. Una persona que haya experimentado acontecimientos traumáticos en la vida, como una violación sexual, la muerte de seres queridos, enfermedades traumáticas, accidentes, rupturas familiares, drogadicciones y otras cosas similares, puede llegar a vincularse con los dolorosos acontecimientos del pasado y rememorarlos para llamar la atención o despertar lástima en los demás. Esas heridas de nuestras vidas parecen darnos una gran cantidad de poder sobre los demás.

Cuanto más les hablamos a otros sobre nuestras heridas y sufrimientos, tanto más creamos un entorno de compasión por nosotros mismos. Nuestro espíritu creativo permanece tan conectado con los recuerdos de nuestras heridas que no puede dedicarse a transformar y manifestar. El resultado de ello es la sensación de desmerecimiento, de no ser digno de recibir todo aquello que se desea.

La tendencia a vincularnos con las heridas de nuestras vidas nos recuerda lo poco merecedores que somos de recibir nada de lo que realmente nos gustaría tener, debido a que permanecemos sumidos en un estado de sufrimiento. Cuanto más se recuerdan y se repiten estas historias dolorosas, tanto más tiene garantizado esa persona que no atraerá la materialización de sus deseos.

Quizá la frase más poderosa que puedas llegar a memorizar en este sentido sea: «Tu biografía se convierte en tu biología». A la que yo añadiría: «Tu biología se convierte en tu ausencia de realización espiritual». Al aferrarte a los traumas anteriores de tu vida, impactas literalmente sobre las células de tu cuerpo. Al examinar la biología de un individuo, es fácil descubrir en ella su biografía. Los pensamientos angustiosos, de autocompasión, temor, odio y otros similares, cobran un peaje sobre cl cuerpo y el espíritu. Al cabo de un tiempo, el cuerpo es incapaz de curarse, debido en buena medida a la presencia de esos pensamientos.

El apego al dolor sufrido en los primeros años de la vida procede de una percepción mitológica según la cual «tengo derecho a una infancia perfecta, libre de dolor. Utilizaré durante el resto de mi vida cualquier cosa que interfiera con esta percepción. Contar mi historia será mi poder». Lo que hace esta percepción es darle permiso al niño herido que llevas dentro para controlarte durante el resto de tu vida. Además, te proporciona una fuerte sensación de poder ilusorio.

Tenemos que ser muy cuidadosos para evitar explicar nuestra vida actual en términos de una historia traumática anterior. Los acontecimientos dolorosos de nuestras vidas son como una balsa que se utiliza para cruzar el río. Debes recordar bajarte una vez que hayas llegado a la otra orilla.

Observa tu cuerpo cuando has sufrido una herida. Una herida abierta se cierra en realidad con bastante rapidez. Imagina cómo serían las cosas si esa herida permaneciera abierta durante mucho tiempo. Se infectaría y, en último término, acabaría por matar a todo el organismo. El cerrar una herida y permitir que cure puede actuar del mismo modo en los pensamientos de tu mundo interior.

Así pues, no lleves contigo tus heridas. Afróntalas y pide a la familia y a los amigos que sean compasivos mientras te recuperas. Luego, pídeles que te lo recuerden amablemente cuando se convierta en una respuesta predecible. Quizá en cuatro o cinco ocasiones tus amigos y personas queridas te dirán: «Sufriste una experiencia trágica y comprendo perfectamente tu necesidad de hablar de ello. Me importa, te escucho y te ofrezco mi ayuda si eso es lo que deseas». Después de varias situaciones de este tipo, pídeles que te recuerden amablemente que no debes repetir la historia con el propósito de obtener poder a través de la compasión de los demás.

Al retroceder en tu camino y reavivar continuamente tu dolor, incluyendo la descripción de ese dolor y la calificación de ti mismo (superviviente de un incesto, alcohólico, huérfano, abandonado), no lo haces para sentirte más fuerte. Lo haces debido a la amargura que estás experimentando. Esa amargura se pone de manifiesto en forma de odio y cólera al hablar de esos acontecimientos, con lo que no haces sino alimentar literalmente el tejido celular de tu vida a partir de tu cosecha de acontecimientos del pasado.

Eso hace que se extienda la infección e impide la curación. Y lo mismo sucede con el espíritu. Esta cosecha de amargura te impide sentirte merecedor. Empiezas a cultivar entonces una imagen sucia, de criatura desafortunada, desmerecedora y difamada, y eso es lo que envías al universo, lo que inhibirá cualquier posibilidad de atraer el amor y la bendición a tu vida.

Aquello que te permitirá desvincularte de tus heridas es el perdón. El perdón es lo más poderoso que puedes hacer por tu fisiología y por tu espiritualidad, a pesar de lo cual sigue siendo una de las cosas menos atractivas para nosotros, debido en buena medida a que nuestros egos nos gobiernan de un modo inequívoco. Perdonar se asocia de algún modo con decir que está bien, que aceptamos el hecho perverso. Pero eso no es perdón.

Perdón significa llenarse de amor e irradiar ese amor hacia el exterior, negándose a transmitir el veneno o el odio engendrado por los comportamientos que causaron las heridas. El perdón es un acto espiritual de amor por uno mismo, y envía a todo el mundo, incluido tú mismo, el mensaje de que eres un objeto de amor y que eso es lo que vas a impartir.

En eso consiste el verdadero proceso de desvinculación de las heridas, de no seguir aferrándose a ellas como preciadas posesiones. Significa renunciar al lenguaje de la culpa y la autocompasión, y a no seguir adelante con las heridas del pasado. Significa perdonar íntimamente, sin esperar que nadie lo comprenda. Significa dejar atrás la actitud del ojo por ojo, que sólo causa más dolor y la necesidad de más venganza, sustituyéndola por una actitud de amor y perdón. Esta forma de actuar es alabada en la literatura espiritual de todas las religiones.

Sentirse digno es esencial para poder atraer aquello que se desea. Es, simplemente, una cuestión de sentido común. Si no tienes la sensación de merecer algo, ¿por qué te lo va a enviar la energía divina que está en todas las cosas? Así pues, tienes que cambiar y saber que tú y la energía divina sois una sola cosa, y que es tu ego el que se confabula para impedirte utilizar este poder en tu propia vida.

A continuación se indican algunas de las grandes actitudes y comportamientos que puedes incorporar a tu conciencia para facilitar el crecimiento de tus sentimientos de merecimiento.

UN PLAN QUE TE AYUDARÁ A VER QUE ERES DIGNO DE RECIBIR Y ATRAER DESDE LA FUENTE DIVINA

Las siguientes sugerencias representan un plan paso a paso para intensificar tu receptividad al poder de la manifestación en tu vida. Si lo pones en práctica, no cabe la menor duda de que te sentirás digno de la bendición del espíritu divino que lo abarca todo.

• La palabra «inspiración» significa literalmente «estar infundido de espíritu», o en el espíritu, si se quiere.
• Practica hacer aquello que te guste, y procura que te guste lo que haces cada día. Si vas a hacer algo, concédete el beneficio de no quejarte y, en lugar de eso, muestra cariño por esa actividad. Tu lema aquí ha de ser: «Me gusta lo que hago, y hago lo que me gusta». Eso te sitúa «en el espíritu» y te proporciona literalmente el entusiasmo para ser un receptor digno de la gracia de Dios. La palabra entusiasmo procede de la raíz griega entheos, que significa, literalmente, «estar lleno de Dios».
• Haz todos los esfuerzos posibles por eliminar de tu vocabulario y de tu diálogo interior los hábitos internos de pesimismo, negatividad, juicio, quejas, murmuraciones, cinismo, resentimiento y crítica destructiva. Sustitúyelos con optimismo, amor, aceptación, amabilidad y paz como forma de procesar tu mundo y a las personas que hay en él.
• Al margen de lo mucho que te sientas tentado de retroceder hacia hábitos cínicos, recuerda que esa es la energía que estás enviando al mundo, y que con ello transmites un mensaje que bloquea la energía que te devolverá lo que deseas. Si estás lleno de negatividad, te encuentras desequilibrado y tus resentimientos indican que no te sientes digno o preparado para aceptar la energía amorosa que deseas.
• Procura encontrar cada día un momento de tranquilidad para erradicar los sentimientos de indignidad. Ese tiempo de oración o meditación, o de experimentar simplemente el silencio, alimentará tu alma y eliminará finalmente todas las dudas que puedas abrigar acerca de no merecer el ser beneficiario de la abundancia del universo.
• Lee literatura espiritual y poesía, y escucha música clásica suave siempre que te sea posible. He descubierto que el simple hecho de leer la poesía de Walt Whitman, de Rabindranath Tagore o de Rumi, hace que todo se sitúe en una perspectiva más sagrada para mí.
• Leer las grandes enseñanzas de los maestros es como realizar una tarea espiritual en casa. Entre ellas se incluyen el Nuevo Testamento, Curso de milagros, la Torah, el Corán y el Bhagavad Gita. Estas grandes obras son una forma de estar en el espíritu (inspirado) y de disolver las dudas sobre si mereces o no materializar en tu vida aquello que deseas.

Procura rodearte, en la medida de lo posible, de cosas bellas
.

Practica la amabilidad para contigo mismo y para con los demás, con toda la frecuencia que te sea posible.

Abandona tu necesidad de tener razón y de ganar; en vez de eso, sé amable, y pronto conocerás la bendición de la paz interior. Recuerda que tu yo superior sólo desea paz. Al practicar la amabilidad, la paz aparece inmediatamente. Al estar en paz contigo mismo y con tu mundo, sabes que eres un digno receptor de todo lo que se cruza en tu camino. Empiezas a confiar entonces en la energía que aporta la realización de tus deseos.

Si te encuentras en un estado de confusión y, en consecuencia, te preocupa ganar o perder, te hallas a merced de tu propio ego, al que le encanta la confusión. Toda esa confusión interna hace que te cuestiones a ti mismo y tu valía en comparación con otros. Y eso trae consigo la duda acerca de si eres o no digno de recibir y manifestar.

Ponte la meta de ser cada día amable con los demás, al menos una vez, y extiende ese mismo privilegio hacia ti mismo, tanto como te sea posible. Siempre tienes una alternativa acerca de cómo va a reaccionar tu espíritu. La alternativa de la culpabilidad, la preocupación, el temor o el juicio no es más que un pensamiento que se transfiere a tu fisiología. Cuando tu yo físico se ve desequilibrado por estas emociones, te sientes demasiado enfermo e infeliz como para pensar siquiera en participar en el acto de la co-creación de una vida bienaventurada. Te saboteas a ti mismo, y todo por la falta de voluntad para ser amable contigo mismo y con los demás.

Empieza a considerar el universo como un lugar amistoso, antes que enemistoso. Sitúa en la categoría de «lecciones» todas las heridas de las fases anteriores de tu vida. Deja de verte condicionado por esas heridas y de convertirlas en un brazalete identificativo.

Desvincúlate de la actitud de que este mundo es maligno, está lleno de gente mala, y empieza, hoy mismo, a buscar el bien en la gente con la que te encuentres. Recuerda que, por cada acto de maldad, hay millones de actos de amabilidad. Este universo funciona con la energía de la armonía y el equilibrio. Inspira para absorber esa energía y elimina de tu mente y tu corazón la idea de que eres una víctima. Toda vinculación con tus traumas crea una toxicidad celular en tu cuerpo y un envenenamiento espiritual de tu alma.

• Repítelo una y otra vez, hasta que quede bien grabado: «Soy lo que soy, y soy digno de la abundancia que hay en el universo, y de todo lo que hay en él, incluido yo mismo».

Te encuentras ahora en el camino de saber que eres merecedor de atraer y manifestar en tu mundo.
Eres consciente de tu yo superior. Confías en ti mismo y en la sabiduría divina que te ha creado.
Sabes que no estás separado de tu entorno, y que dentro de ti existe el poder para atraer.

Wayne Dyer