domingo, 8 de octubre de 2017

Confía en tus fuerzas y recuerda que nada es imposible.
Confía en las cosas que te inspiran.
Confía en las cosas que te dan felicidad.
Confía en los sueños que siempre has anhelado y déjalos hacerse realidad.
La vida no hace promesas sobre lo que te reserva el futuro.
Debes buscar tus propios ideales y animarte a cumplirlos.
La vida no te ofrece garantías sobre lo que tendrás.
Pero te ofrece tiempo para decidir lo que buscas y arriesgarte a encontrarlo y a revelar algún secreto que encuentre en tu senda.
Si tienes voluntad para hacer buen uso del talento y de los dones que son sólo tuyos; tu vida estará llena de tiempos memorables y de inolvidable alegría.
Nadie comprende el misterio de la vida o su significado.
Pero para aquellos que deciden creer en la verdad de lo que sueñan y en sus fuerzas …
La vida es un singular regalo y nada es imposible.

Fuente: Oasis

sábado, 7 de octubre de 2017

Los días son infinitos mientras aun vivas,
Si me llegas a descubrir quién soy, no corras,
Porque puedo empezar con una mirada,
Porque puedo terminar en una traición
Porque el ser humano me crea de diferentes maneras.
A veces suelo nacer en los sueños de los niños,
A veces suelo morir en aquel que jamás pudo intercambiarme,
Puedo ser de mil maneras, solo hace falta imaginación,
Puedo ser una gota de lluvia si ambos sienten lo que yo siento,
Puedo ser la más cálida brisa de aire, porque toco sin tocar.

Al fin ya exhausto de describirme, te voy a decir quién soy,
Soy el AMOR, ese sentimiento que muchos luchan porque no muera,
Ese amor que solo los humanos matan por un error,
Soy de mil maneras en que puedas describirme, pero tengo un fin,
El de crear y hacer en ti o en otra persona ese cosquilleo que se llama cariño,
Ese sentimiento de extrañar, y si llegas a extrañar a alguien, no solo por amistad,
Es que lo vas queriendo y yo (el amor) estoy naciendo en ti,
No dejes que me escape de ti, porque el amor verdadero, solo llega una vez,
Porque la segunda vez será solo el reflejo de lo que pudo ser el primero.

Así que si algún día me cruzo por tu vida y te hago miles de señas para que me veas,
Y no me prestas atención, solo moriré en silencio sin llorar, solo me secaré como una
Planta que le falta agua.

Ahora te das cuenta que soy importante en tu vida,
Como en cada aire que respiras, como en cada sorbo que bebes,
Yo (el amor) no me halago de mis virtudes, solo te hago ver,
Que el autor que me escribe en este papel, hizo lo mejor para describirme,
Hizo lo mejor para hacerte entender que el amor llega de maneras desconocidas,
Y se va así como llega, alegre o triste como pudo ser en la vida de los seres humanos.

Anónimo

viernes, 6 de octubre de 2017

¿Se puede decir que en estos últimos días no te has sentido
como una persona libre y feliz, sin problemas ni preocupaciones?
¿No te has sentido así?
Pues estás dormido.
¿Qué ocurre cuando estás despierto?
No cambia nada, todo ocurre igual, pero tú eres el que ha cambiado
para entrar en la realidad. Entonces lo ves todo claro.
Le preguntaron a un maestro oriental sus discípulos:
“¿Qué te ha proporcionado la iluminación?”
Y contestó:
“Primero tenía depresión y ahora sigo con la misma depresión,
pero la diferencia está en que ahora no me molesta la depresión.”
Estar despierto es aceptarlo todo, no como ley, ni como sacrificio,
ni como esfuerzo, sino por iluminación.
Aceptarlo todo porque lo ves claro
y ya nada ni nadie te puede engañar. Es despertar a la luz.
El dolor existe, y el sufrimiento sólo surge cuando te resistes al dolor.
Si tú aceptas el dolor, el sufrimiento no existe.
El dolor no es inaguantable, porque tiene un sentido comprensible
en donde se remansa. Lo inaguantable es tener el cuerpo aquí
y la mente en el pasado o en el futuro.
Lo insoportable es querer distorsionar la realidad, que es inamovible.
Eso sí que es insoportable.
Es una lucha inútil como es inútil su resultado:
el sufrimiento.
No se puede luchar por lo que no existe.
No hay que buscar la felicidad en donde no está,
ni tomar la vida por lo que no es vida,
porque entonces estaremos creando un sufrimiento
que sólo es el resultado de nuestra ceguera y, con él,
el desasosiego, la congoja, el miedo, la inseguridad…
Nada de esto existe sino en nuestra mente dormida.
Cuando despertemos, se acabó.

jueves, 5 de octubre de 2017

Muchas veces en la vida pasamos por momentos difíciles en los que tenemos que decidir sobre los nuevos caminos a tomar.
A veces el júbilo nos invade ya que la ruta tomada nos demuestra el acierto, y eso se llama crecer.
Otras veces nos desanimamos antes de reemprender nuestra meta, y eso también se llama crecer.
Crecer, una palabra tan común pero tan significativa a la vez, tan llena de vida; definitivamente es un término al que, en particular, tengo muy presente y valoro entrañablemente.
A veces la parálisis nos invade, desarmados completamente caemos en la tristeza, la desilusión, la desgana; sentimos la horrible sensación de no poder hacer nada bien, tomamos caminos de fácil acceso que a ningún lado nos conducen; nos invade la soledad y ocupamos el vacío con gente vacía y el resultado es una lista interminable de momentos más vacíos aún.
El dolor se esconde detrás de una imagen impuesta cargada de elementos superfluos que no hacen mas que alejarnos de nosotros mismos.
Hacia la felicidad el camino parece estar lleno de pantanos y grietas infinitos, en esos momentos no podemos ver que ser feliz está en nuestro propio ser, por el solo hecho de existir.
El tiempo oficial pasa pero nos es indiferente, el tiempo real nos encuentra sumergidos y cansados, pero tarde o temprano, desde lo mas profundo de nuestra existencia surge una luz, que al principio es pequeña, creo yo que es nuestro instinto de supervivencia más el amor por la vida y por nuestra vida que hace que lentamente nos reubiquemos en el camino correcto, el del amor.
A veces necesitamos pasar por momentos muy duros, cometemos errores, evadimos los problemas y nos disfrazamos de algo que no somos hasta reencontrarnos con nuestros valores, en lo que a mi respecta, el valor de las pequeñas cosas, aquellas situaciones y cosas cotidianas y sencillas que son maravillosas.
A veces necesitamos pasar por momentos tan duros, pero superarlos es también crecer.

La felicidad es un don que poseemos todos, pero cultivarla y compartirla es un hermoso trabajo que implica esfuerzo, dedicación y tiempo, pero por sobre todas las cosas amor, el sentimiento más hermoso.

Y poder amar también es crecer.

Desconozco a su autor

miércoles, 4 de octubre de 2017

Toma un viaje a tu interior. Una cita contigo mismo… Deja un momento esta semana solo para ti, puede ser 10 o 15 minutos pero que sea un momento para cerrar los ojos y escuchar tu voz interior, la voz de tu alma.

Piensa en un lugar que te guste, en algo que te agrade y concéntrate.

Respira despacio y profundo.

Luego piensa en ti, escúchate. Este ejercicio sencillo es muy relajante.

¿Cuántas veces has querido escapar de tu rutina diaria, tener un momento de paz y tranquilidad?

Tener un momento para concentrarte, verte a ti mismo, y hablarte, comunicarte con tu interior.

Tú puedes hacerlo, algunas veces puedes ir de vacaciones, o tomar un retiro.

Pero muchas veces no tenemos tiempo para hacer eso y necesitamos un momento en nuestra rutina diaria para escuchar nuestra voz interior.

Adelante Amigo… para ya de tanta presión, de tantos sueños sin sentido, adéntrate en tu mundo interior, encontrarás allí grandes secretos que permitirán que tu vida sea más feliz…

No vivas la vida sólo en el exterior, allí dentro de tu corazón mora una gran Verdad.. y sólo te será revelada cuando tu decidas entrar…

No lo pienses más.. deja el temor… ¿temor a qué? ¿qué temes perder?

¡¡NADA!! Porque nada nos pertenece… todo aquí es temporal… busca lo eterno Amigo…

Busca esa esencia que nos lleva hacia el infinito.

En cualquier momento llegará tu fin…

¿Y qué hiciste con tu vida? ¿Sólo acumular más y más cosas? Sólo lo que hayas cultivado espiritualmente…

¡Sólo lo que hay en tu corazón, permanecerá contigo por siempre!

Autor desconocido

martes, 3 de octubre de 2017

Yo, estoy aprendiendo...

Yo estoy aprendiendo a aceptar a las personas, aún cuando ellas me defrauden, aún cuando se salgan del ideal que yo tengo de ellas, y aún cuando ellas me hieran con palabras ásperas o acciones irreflexivas.

Es difícil de aceptar a las personas así como ellas son, y no como yo quiero que sean. Es difícil, muy difícil, pero estoy aprendiendo, porque yo estoy aprendiendo a AMAR

Yo estoy aprendiendo a escuchar. Para escuchar con los ojos, con los oídos, con el alma, y con todos los sentidos, lo que dice el corazón, lo que dicen los hombros caídos, los ojos tristes, y las manos inquietas. Para escuchar el mensaje que esconden las palabras, para descubrir la angustia guardada, la inseguridad enmascarada, y la soledad encubierta. Para penetrar en la sonrisa falsa, la felicidad simulada, y la adulación exagerada. Para descubrir el dolor de cada corazón, para descifrar el porqué de las lágrimas. Poco a poco, yo estoy aprendiendo a amar.

Yo estoy aprendiendo a perdonar, porque el amor perdona, limpia las heridas, y borra las cicatrices que la incomprensión e inseguridad grabaron en mi corazón herido. El amor alivia la herida que dejaron los pensamientos dolorosos, y no cultiva las ofensas con piedades y autocompasión. El amor perdona, da alivio, y extingue todo el dolor en el corazón.

Yo, paso a paso, estoy aprendiendo a perdonar y a amar. Yo estoy aprendiendo a descubrir el valor dentro de cada vida. Estoy aprendiendo que el afecto y la aceptación, son necesarias para soportar las experiencias duras vividas a lo largo de los años.

Yo estoy aprendiendo a ver el alma de las personas, y las posibilidades que Dios les dio. Yo estoy aprendiendo, aunque tropezando, yo estoy aprendiendo. Estoy aprendiendo a poner de lado mis propios dolores, mis intereses, mi ambición y mi orgullo, cuando éstos impiden el bienestar y la felicidad de alguien.

¡Pero, cómo es de lento aprender!, y ¡cómo es de difícil amar!. Aún así, yo estoy aprendiendo a AMAR.

¿Y tú, ya sabes AMAR?

Desconozco a su autor