Liberarse de todo no es cortar mi vínculo con los demás, sino simplemente renunciar a controlarlos.
Liberarse de todo no es tender a la indiferencia o el egoísmo, sino ocuparme de lo que me pertenece.
Liberarse de todo es admitir que no soy todopoderos@ y que el resultado de mis acciones no está en mis manos, (se refiere a las reacciones que producen en los demás).
Liberarse de todo es aceptar la realidad, aún cuando no corresponda a mis deseos.
Liberarse de todo no es lamentarse por el pasado y temer el futuro, sino vivir plenamente, completamente el presente.
Liberarse de todo es temer menos y AMAR más.
"¡La capacidad de liberarse de todo, la capacidad de confiar, de adaptarse positivamente para asumir la responsabilidad de dar sentido a la vida, al instante que pasa, es estar listo para decir SÍ, para aceptar la vida con todo lo que traiga consigo!"
Desconozco a su autor
0 comentarios:
Publicar un comentario